Más allá de los críticas, las versiones interesadas y los errores de las empresas que miden la opinión de los ciudadanos, las encuestas siguen siendo instrumentos válidos para determinar las tendencias electorales, y si hoy por hoy prácticamente todas las que se han levantado dan como puntero a Andrés Manuel López Obrador y la coalición Juntos Haremos Historia, así que ante un más o menos previsible resultado que daría como ganador al candidato de la alianza Morena, PT y PES, vale la pena revisar las tareas que deberán enfrentar los actores políticos, sociales y económicos tras la elección del 1 de julio.
Más allá de las acusaciones de populista lanzadas en su contra no con pocos elementos argumentales muy válidos contra López Obrador, el reto del tabasqueño será formar gobierno, pues tiene ante sí las opciones de simplemente repartir cargos entre sus fieles y aliados y la de hacer un gobierno eficiente y de resultados, pues no es poca cosa designar al frente de secretarías, subsecretarías, coordinaciones generales, direcciones generales, direcciones de área y jefaturas de departamento a funcionarios eficaces y con experiencia para poder llevar adelante las políticas públicas que pretende impulsar como gobernante.
De ser Presidente, si bien el Peje tendría también una mayoría en el Congreso que le permitiría impulsar cambios y reformas con cierta holgura, así que no tendría el pretexto de Vicente Fox o Felipe Calderón de justificar fallas y errores con el argumento de la resistencia de la oposición en el Senado y la Cámara de Diputados, por lo que será su absoluta responsabilidad de cumplir el reto que representa cumplir con las promesas de bienestar y justicia para los mexicanos más pobres que ha hecho desde hace 18 años; pero no sólo eso, sino también enfrentar la inseguridad y violencia que se viven en el país que, sin duda, no se resolverán con una pretendida amnistía a delincuentes. Pobreza, inseguridad y violencia son los problemas que los mexicanos demandan resolver ya a sus gobiernos, ya sea el federal, los estatales y municipales.
“El pez por su boca muere”, dice el refrán, y precisamente hay una serie de propuestas hechas por AMLO que sonaron bien en campaña ante un electorado agraviado por la corrupción, el dispendio y la violencia generados por los gobiernos del PRI y PAN desde el año 2000, pero que en realidad representan más bien la generación de problemas de seguridad, logísticos y de gasto como la de vivir en su casa, despachar en Palacio Nacional y convertir la Residencia Oficial de Los Pinos en un parque, cuando precisamente fue Lázaro Cárdenas quien consideró hace casi 80 años que no era práctico tener en locaciones diferentes la residencia del Jefe del Ejecutivo y las oficinas de la Presidencia de la República.
Sin duda, López Obrador tiene ya antes de la jornada electoral una difícil relación con empresarios y medios de comunicación, y dependerá de que la recomponga y lleve a buen puerto; del respeto y promoción de libertades como la de empresa y la de expresión dependerá si puede llegar a ser considerado como un gobernante democrático o autoritario; erradicación de la violencia. Respeto a medios y empresarios y la conformación de un gobierno eficiente son sus retos de mayor envergadura.
Y superarlos no es fácil, ya que el ciclo de los regímenes populistas ha sido estudiado, y a grandes razgos puede decirse que no son capaces de construir gobiernos eficientes debido a que los líderes mejor formados en su mayoría no comulgan con las inclinaciones voluntaristas y autoritarias inherentes al populismo. Por lo tanto derivan en malos gobiernos que, por desgracia, también son corruptos y las tensiones surgen cuando las fallas y excesos son exhibidos por los medios que al ejercer la crítica son tachados como enemigos del régimen, pero no sólo eso, ya que los fallidos ejercicios de gobierno y las políticas públicas fallidas derivan también en un pobre desempeño económico del cual los regímenes populistas culpan a los empresarios, y su respuesta son privatizaciones y una intervención en la economía cuyo resultado natural es crisis y la generación de más pobreza.
Así que ahí están los retos. Habrá que esperar al 1 de julio para saber quién será Presidente, y luego se sabrá lo que vendrá.