Por meses, los mexicanos estuvimos esperando las elecciones para poder ejercer nuestro voto por el candidato o proyecto que más nos gustaba. Hoy seguramente muchos se despertaron con la sensación de que no ganó el mejor proyecto, otros tantos sentirán que hubo justicia electoral y que ganó su candidato.
Pero al final y tras la cruda electoral, hay que tener claro que nos faltan 151 días para que tome posesión el nuevo Presidente; 151 días en los que crecerán las expectativas de todos para ver los cambios y las diversas propuestas prometidas en campaña.
En esos 151 días, el Presidente electo irá designando a las personas que operarán durante la transición del gobierno, pero durante ese tiempo debemos tener claro que no gobernará, y todas las decisiones tanto aciertos como errores serán tomados por el presidente Enrique Peña Nieto y el gabinete en funciones.
El Gobierno federal y los gobernadores de los estados que tendrán nuevos gobernadores deberán resolver los pendientes que tiene el país. Y uno de ellos indudablemente es la seguridad. Seguramente hay muchas expectativas y proyectos en torno al candidato electo a la Presidencia, pero durante los próximos cinco meses el país no puede esperar tan sólo a su llegada.
Los ciudadanos aún deberemos presionar a los gobiernos salientes a dejar buenos resultados y dar un último esfuerzo en diversos sectores como el económico y el de las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
Seguramente el tiempo que falta para dejar sus cargos no es el más cómodo, pues sentirán la presión de los que llegan y poco a poco la pérdida del poder.
En ese lapso, el candidato electo deberá tomar en cuenta la agenda 18.24 que diversas organizaciones propusieron hace unos días. Por ejemplo, en materia de seguridad el gran reto que tendrá es replantear las estrategias impulsadas durante las últimas dos administraciones.
Y para ello se tendrá que establecer un esquema con el fin de transformar aquellas dependencias. Las organizaciones que firmaron la agenda 18.24 señalaron en este punto que estos cambios comprenden “la creación del Consejo de Seguridad y Justicia del Estado Mexicano, del Sistema de Información e Inteligencia para la Seguridad Nacional, de la Inspectoría Nacional Policial, del Instituto Nacional de Policía, Custodia y Guardia Penitenciaria, del Sistema Nacional de Prevención y Vinculación Ciudadana y la Secretaría de Seguridad Ciudadana; así como rediseñar al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Punto importante a tomar en cuenta por el próximo Presidente será el de realizar una reforma integral a los cuerpos policiacos. Esto lo proponen “mediante el establecimiento de: 1) un Modelo Policial Homologado que se circunscribe al ámbito de las 32 Policías estatales y los 300 municipios donde se concentra el mayor estado de fuerza policial e índice delictivo del país y mediante la aplicación de una estructura estándar, basada en procesos y buenas prácticas, que permita homologar la organización, estructura, protocolos y modelos de operación”.
Serán sin duda 151 días largos; esperemos que en ese tiempo se pueda planear lo que requiere el país a partir de diciembre y que en lo que resta de estos cinco meses, los Gobiernos federal y local concluyan sus pendientes.