El candidato del pueblo, Andrés Manuel López Obrador, no podía quedarse en el discurso oficial desde un hotel, así que se trasladó hasta la plaza mayor de la capital del país, el Zócalo, en donde lo aguardaban miles de simpatizantes que le dieron el triunfo la noche de ayer.
A un costado de Palacio Nacional, desde donde ejercerá su administración, no se dejó llevar por la algarabía del pueblo que gritaba “que chingue a su madre el PRI”, y mantuvo su discurso de conciliación, al asegurar que la transición con la administración priista será pacífica, se buscará la cuarta transformación y la revolución de las conciencias.
“Vamos a trabajar también respetando la autoridad constituida, no vamos nosotros a faltar el respeto a las actuales autoridades. Vamos a esperar un tiempo en este proceso de transición, nos vamos a poner de acuerdo para que el país siga su marcha sin que haya crisis de ninguna índole”.
Para ello, ya acordó una cita con el Presidente Enrique Peña para el próximo martes, la cual se realizará en Palacio Nacional a las 11:00 en la mañana.
“Para ponernos de acuerdo de cómo se van a llevar a cabo los cambios estos últimos meses de este actual gobierno, pero repito, vamos a actuar en manera respetuosa y vamos a actuar de manera ordenada”.
El virtual presidente electo designó nuevos cargos entre su equipo.
Para la parte económico y financiera nombró a su posible secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, así como Alfonso Romo, quien fue enlace con el sector empresarial durante la campaña y será coordinador de la Oficina de la Presidencia.
Su coordinadora de campaña Tatiana Clouthier y su posible secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, trabajarán en esta transición los temas de política interior.
En tanto, Marcelo Ebrard y Héctor Vasconcelos estarán a cargo de la política exterior.
En la parte de medios de comunicación se mantiene César Yáñez.
El candidato agradeció su apoyo lo mismo a indígenas, obreros, estudiantes, profesionistas y a todas las clases sociales, de todos los sectores, de todas las religiones, que lo convirtieron en el primer presidente de izquierda del siglo XXI.
“No les voy que fallar, no quiero pasar la historia como un mal presidente, conozco lo que han hecho todos los presidentes, desde Guadalupe Victoria hasta el actual, y quiero pasar a la historia como un buen presidente”.