Pues no existe un aparato medidor exacto, salvo las opiniones y las preferencias del público, pero no sé si a ti te pasó lo mismo que a mí en el Gran Premio de Austria.
Y es que todo esto de las carreras somníferas ya me parece más una tendencia, que una percepción verdadera y te quiero explicar por qué.
Arranque son los sobresaltos creados por Raikkonen y por Vettel, que duraron poco, afortunadamente, y después algunas cuántas vueltas de acomodo. No más de tres, donde un ligero toque de Verstappen a Kimi fue lo más emocionante.
Basta aquí vamos bien. Pero llegó el fenómeno del que hablo arriba, la percepción. Apenas se iba cerrando la vuelta siete y recibo un mensaje de grupo diciendo que la carrera está mala.
Bajo la vista a la laptop y me asomo a twitter. ¡De hueva! Fue uno de los comentarios más leves que alcancé a leer en medio de una animadversión creciente de cara y apenas a las primeras vueltas del Gran Premio.
¡Pum!, vuelta ocho, curva siete, otro mensaje de Whats: “¡Qué aburrición!… Yo mejor me voy a dormir”. Las redes sociales, impacientes como son, igualmente derramaban comentarios negativos sobre un Gran Premio que acababa de nacer.
Todo cambió. Se va Bottas, se acabó la diversión para Mercedes. Vuelta 15 y comienzan las paradas en los pits, grave error de Mercedes que sostiene a Hamilton en la posta y perderá la oportunidad de hacer una detención cómoda sin perder el liderato.
Acabado el trámite de neumáticos nuevos para Lewis, avanzan Verstappen y los dos hombres de Ferrari que atacan el tiempo de referencia para el campeón del mundo. Contra las cuerdas.
Vettel alcanza y rebasa. Agresivo, para muchos hasta violento, pero deja atrás al Mercedes de Hamilton que se vuelve a relegar obligando una remontada de esas que siempre le queremos ver.
Y la comenzó a ejecutar pero por primera vez en un mundo de carreras el Mercedes cede y Hamilton también se va fuera de la carrera, los de Ferrari quieren devorarse vivo a Verstappen porque su compañero acabó teniendo un problema de llantas que podría repetirse en el otro Red Bull.
La carrera vibra más que nunca. Atrás, Checo Pérez hace una remontada espectacular sobre Ocon después de una parada mala en los pits, lo mismo Alonso que de arrancar en los pits, más último que el último, se ponía a pelear por los puntos.
Hasta polémica hubo con Force India que le quita el sexto lugar a Checo ordenándole que se deje rebasar al final por Esteban Ocon, para devolver el que haya cedido el francés por una oportunidad de rebase que no llegó.
Mala decisión, pero los equipos deben imponer su jerarquía y alimentar sus intereses; en este caso, los motores. Recordemos que Ocon es piloto protegido de Mercedes.
Y, ¿Entonces con qué nos quedamos?, ¿Aburrida o no? La carrera fue muy buena, movida, estratégica, impredecible y polémica. Pero en tres giros la dábamos por muerta. Así ha sido la F1 desde su inicio, dominan los poderosos por largos periodos, pero hay que saber esperar (y disfrutar) los momentos buenos. Los momentos malos, caen todos los días. Paciencia.