No esperó a ser Presidente de México.

Ni siquiera la elección.

Desde antes, Andrés Manuel López comenzó a analizar los contratos y las inversiones en curso en el llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM).

Con los datos disponibles acudió a algunos empresarios y representantes de constructoras, con quienes intercambió datos técnicos y sobre todo hurgó los mecanismos de asignación.

Sin duda, uno de quienes procesa toda la información recolectada es Javier Jiménez Espriú, ex subsecretario de Comunicaciones y Transportes y candidato a titular de esa secretaría.

En la información obtenida del equipo del tabasqueño y de sus interlocutores en el caso hay dos elementos subrayados por el candidato presidencial triunfante:

Uno de ellos está compuesto por tres contratos no claros para él y, vaya sorpresa, en uno destaca la participación de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Por cuestiones de seguridad nacional y de acuerdo a las previsiones, las Fuerzas Armadas harán al menos una pista y otras instalaciones para usarse en caso de emergencia.

En otra parte del paquete está la construcción de bardas periféricas y los edificios de la terminal desde donde se hace posible el funcionamiento de una terminal de esa complejidad.

ES APENAS EL COMIENZO

En ésos y los 413 contratos restantes hay grandes ganancias.

Pero Andrés Manuel López quedó impactado con otro aspecto: la infinidad de negocios para la operación del nuevo aeropuerto, un ángulo poco difundido hasta ahora.

Según sus cálculos, 800 mil millones de pesos.

Sin duda se trataría de obras complementarias, pero sobre todo locales, comercios, servicios y un mundo en el cual trabajarían cientos de miles de personas desde taxistas hasta profesionales de la aeronavegación.

Es un misterio quién le ayudó a hacer esos cálculos.
Pero el costo de la construcción del aeropuerto -13 mil millones de dólares, 260 mil millones, según el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM)- se minimiza ante ese monto.

-Esto es apenas el comienzo –dijo el de Macuspana a un interlocutor.

-¿Y quién te da tantos datos?

-No necesito buscarlos. Solita la gente llega y me entrega pruebas, contratos, documentos… Todo lo que necesito.
La misma explicación tuvo cuando planearon desaforarlo en tiempo de Vicente Fox y acusó a Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos de orquestar aquel proceso.

-¿Quién le dio la información de la reunión en el Presidente Chapultepec? –le preguntaron los reporteros.
-Meseros, capitanes y voluntarios que estuvieron ahí –comentó en una respuesta con aparente objetivo de distracción.

LA PELEA POR YUCATÁN

Arrasado en muchos lados, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se aferra en la defensa de Yucatán.
El domingo René Juárez Cisneros reivindicó el triunfo de su candidato Mauricio Sahuí y ayer el dirigente estatal Hernando Sobrino exigió respeto al resultado.

En la fricción destaca un hecho pocas veces visto: el PRI local denunció presiones al Órgano Electoral y le pidió “no ceder ante presiones”.

Los resultados preliminares presentan “fallos constantes en el sistema informático” y por ello “exigimos que aclare las inconsistencias en el PREP”.

 

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