Lo que busca la siguiente administración es controlar los precios de la gasolina, es decir, establecer un límite en el costo anual de los combustibles, al contrario de lo que realizó el equipo de Enrique Peña Nieto, que fue permitir la liberalización en los precios del energético (dejar que se establezcan de manera libre por las estaciones de servicio) y no realizar cambios drásticos de un día para otro.
Mariana Rodríguez, subdirectora económica del Grupo Financiero Ve por Más, puntualizó que en caso de controlar los precios de la gasolina, existiría una mayor inflación, y también se dejaría atrás la liberalización de los precios del energético, lo que lleva a la pregunta “¿de dónde vendrán los recursos para controlar y subsidiar el combustible?”.
La experta, dijo que aún faltan cosas por aclarar, como la fórmula que se utilizará para calcular el valor del energético bajo la nueva administración.
En este sentido, James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CIBanco, coincidió con la pregunta y la incertidumbre, aunque consideró que la propuesta de estabilizar precios es viable, aunque debido a que los temas sobre gasto y gasolina solamente se han tocado por encima, es difícil realizar cálculos en términos reales.
Tras las declaraciones del virtual secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, en las que indica que quizá existan alzas en los precios de la gasolina (popularmente conocidos como gasolinazos) dependiendo de la inflación, el analista indicó que el hecho de no saber si se refiere a la inflación general, subyacente o del energéticos, complica el poder realizar estimaciones sobre en qué precios se ubicarán los costos del hidrocarburo.
Por otra parte Mario Correa, Economista en Jefe de Scotiabank, consideró que hasta no tener sobre la mesa la propuesta de Presupuesto para 2019 y los cálculos sobre el promedio en los precios del crudo mexicano para el próximo año, no se pueden estimar los resultados para el Gobierno entrante.
Sobre la construcción de las refinerías, ambos analistas coinciden que no saben de dónde se sacará el dinero para la construcción de las mismas, ya que no son proyectos fáciles de establecer y mucho menos de llevar acabo. Será hasta cuando se conozca el proyecto de Presupuesto, cuando se comience a ver si es viable o no la construcción de estas plantas.
Mario Correa explicó que la situación económica actual de Petróleos Mexicanos no es la indicada para construir nuevas refinerías, y en caso de seguir con los planes, esto implicaría una colocación de deuda que posiblemente no se tenga para pagar. Indicó que la forma más viable sería la inversión por parte de las instituciones privadas.
Según declaraciones de Andrés Manuel López Obrador, el costo de una refinería sería de tres billones de dólares, este monto fue presentado en su proyecto de nación. En caso de querer realizar estos proyectos tardaría un tiempo de tres años la construcción, lo que significaría una producción de 150 mil barriles de gasolina diario.
Cabe recordar que en el mandato de Felipe Calderón, en 2009, se anunció la construcción de una refinería en Atitalaquia, Hidalgo, pero en 2014, ya con Peña Nieto como presidente se canceló la obra y para ese momento se habían gastado ya 620 millones de dólares, y lo único que se terminó fue la construcción del muro perimetral.