El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será recibido por la primera ministra británica, Theresa May, y la reina Isabel II en sendas residencias fuera de Londres durante su próxima visita al Reino Unido, según la agenda oficial dada a conocer hoy.
Al pasar la mayor parte de su viaje fuera de la capital, el líder republicano logrará eludir presumiblemente la gran manifestación de protesta que se prepara, que incluye un globo gigante de un “bebé Trump” en pañales y teléfono en mano, que se alzará sobre el Parlamento en Londres.
Una portavoz del Gobierno británico recordó que otros presidentes estadounidenses han sido recibidos fuera de Londres y subrayó que la visita de Trump y su esposa Melania, del jueves 12 al domingo 15 de julio, es “un momento importante para reconocer la relación especial” entre los dos países.
La pareja llegará al Reino Unido en el avión presidencial Air Force One el próximo jueves por la tarde, procedente de la cumbre de la OTAN en Bruselas, y esa noche serán agasajados por May en la mansión campestre Blenheim, donde nació el antiguo primer ministro conservador Winston Churchill, un héroe de Trump.
En Blenheim Palace, construida en el siglo XVIII para el primer duque de Marlborough en el condado de Oxfordshire, serán recibidos con una ceremonia militar y disfrutarán de una cena de gala, a la que asistirán unos cien invitados, principalmente del mundo empresarial.
Esa noche, dormirán en la residencia del embajador estadounidense en Londres, Robert Johnson, el único momento en que recalarán en la ciudad, de acuerdo con los detalles difundidos hoy.
El viernes, está previsto que May y Trump presencien un ejercicio militar, en una ubicación aún no precisada, y mantengan un almuerzo de trabajo en la residencia campestre de la jefa del Gobierno en Chequers, en el condado de Buckinghamshire, después de lo cual ofrecerán una rueda de prensa.
Posteriormente, el presidente y la primera dama se desplazarán al castillo de Windsor, en el condado de Berkshire, donde se encontrarán con la jefa del Estado, Isabel II.
Al ser una visita oficial pero no de Estado, los Trump no serán recibidos con todos los honores ni se alojarán con la soberana.
El viernes por la noche volarán a Escocia, donde también se esperan numerosas protestas, tanto en Glasgow como en Edimburgo.
No está previsto que el presidente se reúna con ningún miembro del Gobierno escocés, aunque la ministra principal de la región, la independentista Nicola Sturgeon, muy crítica con las políticas de Trump, ha indicado que “consideraría” un encuentro si se le propusiera.
Se espera que Trump, cuya madre nació en la isla escocesa de Lewis, pase un rato jugando al golf en uno de los dos clubs que posee en Escocia, antes de dejar el domingo el Reino Unido para dirigirse a Finlandia, donde el 16 de julio se reunirá con el presidente ruso, Vladímir Putin.
TFA