El primer ministro de China, Li Keqiang, lleva a cabo hoy una visita oficial en Alemania con el telón de fondo de una posible guerra comercial ente ese país de oriente y el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La canciller federal, Angela Merkel, recibió este lunes a Li, con quien encabezará las quintas Consultas entre China y Alemania.
La visita del primer ministro está flanqueada en Berlín por manifestaciones de protesta de diversas regiones y de sectas de ese país en contra del gobierno central en Beijing, que se concentraron en grupos separados afuera de la Cancillería Federal. La presencia policiaca alemana es notoria.
Desde 2016, China es el primer socio comercial de Alemania en el mundo. La visita se enmarca en la búsqueda de aliados para continuar practicando el libre comercio, en un tiempo en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cancela acuerdos de libre comercio.
El gobierno chino puso de relieve que el país pondrá en marcha más reformas y que continuará abriéndose al libre comercio y a los inversionistas extranjeros, de acuerdo a las declaraciones que Li hizo durante su visita a Bulgaria, antes de venir a esta nación.
Apuntó que mientras los consumidores chinos necesiten de la apertura comercial y haya demanda, China continuará su proceso de apertura.
Las declaraciones del gobierno chino tienen el sentido de amortiguar una eventual guerra comercial de Estados Unidos y de buscar aliados.
Su gobierno, dijo Li, está a favor de una interacción más estrecha con otros países, así como en pro de tratar en forma igualitaria a las empresas extranjeras en China, en proteger la propiedad intelectual y en no obligar a empresas extranjeras a transferir tecnología.
Alemania y otros países europeos también están bajo la presión de la administración Trump, que amenaza con aumentar los aranceles de importación de sus productos.
El director de la Conferderación de Cámaras de Industria y Comercio de Alemania, Martin Wansleben, se expresó este lunes a favor de un intercambio más estrecho con China en vista de la política comercial de Trump.
Sin embargo, empresas extranjeras se quejan de que justamente China no pone en práctica esa flexibilidad que promete, y que eso repercute en el contacto con las autoridades chinas, con las empresas de ese país, con la falta de estado de drecho y con la censura a Internet.
Las Cámaras de Comercio de la Unión Europea darán a conocer mañana martes un comunicado en el que se quejan de las prácticas chinas, ya que el mercado de ese país sigue sin abrirse en la medida de lo prometido.
aarl