La decisión de vender el avión presidencial, tal y como lo ha propuesto desde hace tiempo Andrés Manuel López Obrador, hoy virtual presidente electo, significará una pérdida de casi 35% de su valor real.
De entrada tendría una pérdida económica de 76.2 millones de dólares de su costo original de 218.7 millones de dólares, esto debido a la depreciación normal por el uso de este tipo de equipos.
De acuerdo a un avalúo solicitado por Banobras -banco de desarrollo que adquirió el avión presidencial y que está arrendado a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)- a la consultora internacional Ascend Flightglobal Consultancy, sobre qué implicaciones tendría una posible venta del Boeing 787-8, nombrado “José María Morelos y Pavón”, venderlo conllevaría una baja en su precio por 34.8% de su valor real.
Además, el avalúo destaca de que por lo menos la aeronave tardaría 12 meses en ser vendida, por lo que de acuerdo a las estimaciones hechas por la consultora extranjera, para enero de 2019, el avión presidencial tendría un valor de 142.4 millones de dólares.
“Recomercializar y vender con éxito un ´bizliners´-venta de aviones comerciales personalizados- de fuselaje ancho puede ser particularmente difícil”, sobre todo por los tiempos, ya que un avión como éste puede tardar hasta 12 meses como mínimo en venderse y la reconfiguración que se le quiera hacer, significaría un elemento más que impacte en el precio.
Los resultados del avalúo hecho por Ascend Flightglobal Consultancy, una configuración altamente personalizada afectará el precio del avión, debido a que éste requerirá un descuento por el costo de readaptación o incluso para un reemplazo total; estimaciones consideran que estos pueden ser entre 10 y 15 millones de dólares configurarlo como avión comercial y que tardaría 18 meses realizarlo
Lo que significaría que en caso de venderlo a una compañía aérea comercial, el costo sería por la mitad de los valores del avalúo realizado.
Mientras que mantener el avión estacionado en el Hangar Presidencial, significaría daños a sus piezas, así como la pérdida de su certificado de aeronavegabilidad –condiciones para volar- , por lo que muy difícilmente sea adquirido por algún particular.
Fue en la administración del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, que se optó por renovar el avión Presidencial -que hasta la fecha se usaba un Boeing 757 con más de 25 años de antigüedad, nombrado “Presidente Benito Juárez”-. El 30 de julio de 2012, el Congreso aprobó la compra se la aeronave.
El primer vuelo que realizó el avión “Presidente José María Morelos y Pavón”, es decir la nueva aeronave, fue a la ciudad de Hermosillo, Sonora, el 10 de febrero de 2016.
El precio de lista “green” (verde) del avión, es decir sólo el puro fuselaje y motores, vacío al interior, era de 230 millones de dólares, pero la fábrica usaba esta aeronave como demo, ya que lo promocionó por todo el mundo; pero cuando el Gobierno federal hace la negociación, a través de Banobras, consigue adquirirlo en 114 millones de dólares, con un descuento de más de 50%, debido a que como se trataba de un avión de demostración, el fabricante no lo podía ofrecer como nuevo.
Seguridad presidencial
La compra de un avión de estas características responde a una necesidad real, debido a que por la antigüedad del anterior equipo, implicaba altos costos para el Gobierno federal, pero sobre todo por seguridad de la figura presidencial.
“El jefe del Ejecutivo a partir de que es Presidente tiene que estar cuidado, pues si le pasa algo, ya sea por una enfermedad, un accidente o atentan en su contra, traería una afectación nacional”, precisó personal en materia de seguridad, además de que podrá ser usado por los siguientes 30 años.
CITAS:
“Compraron un avión presidencial, de lujo, para 280 pasajeros. No lo tiene ni Obama, cuesta siete mil 500 millones de pesos. En 2018 lo vamos a vender”.
“No me voy a subir al avión presidencial, no voy a ofender al pueblo de México. Ese avión costó siete mil 500 mdp, no lo tiene ni Donald Trump, ya se lo mandé ofrecer. Lo vamos a vender, y el dinero que recaudemos de la venta va a ser para beneficio de nuestro pueblo”.
Marzo de 2018
Spot de campaña
“No me voy a subir al avión, eso no. Sí me voy por mi cuenta. Me voy en un avión comercial. Yo lo expresé en la campaña, es de conocimiento público. Vamos a cumplir con eso”.