Uno de los mayores escándalos en torno a la victoria electoral de Enrique Peña –en julio de 2012- lo montaron los hombres de Andrés Manuel López Obrador.

Antes, durante y después de la campaña de Peña –sobre todo en el cierre, en el Estadio Azteca-, los lopistas emprendieron una feroz campaña para hacer creer que Televisa construyó la campaña y la presidencia de Peña Nieto.

Se trató de un maniqueísmo masivo, tanto en redes como digitales; entre escribidores a sueldo hasta aparecieron libros sobre el tema. La narrativa fue la misma en todos los frentes; Televisa construyó y llevó al poder a Peña Nieto. El cuento se lo tragaron muchos incautos.

Años antes –cuando la dizque izquierda mexicana aún no se convertía en copia del PRI-, el maniqueísmo ya le acreditaba a Televisa y a Azteca la perturbación idiota de la sociedad mexicana.

La televisión, en general, era catalogada como “caja idiota” que –según esa izquierda- servía para mantener bajo control la voluntad de los mexicanos, en tanto que se insistía en la pertenencia partidista de Televisa.

Es decir, cuando querían descalificar a la más influyente televisora, los próceres de la izquierda y sus medios afines recordaban que el Tigre Azcárraga se declaró “soldado del PRI”, lo cual era catalogado como el mayor pecado capital de aquel tiempo.

Lo simpático de la historia es que, con los años, decenas de lopistas que montaron el espantajo de que a Peña Nieto lo inventó Televisa, hoy guardan silencio sobre la grosera sumisión de las televisoras –todas- al poder de un solo hombre.

Nada dijeron del cierre de campaña de AMLO en el Estadio Azteca, y guardaron silencio cuando directivos y conductores de casi todas las televisoras se declararon –en los hechos- soldados de Morena y súbditos del nuevo rey. Ya no era pecado capital, sino virtud terrenal que las televisoras militaran en un partido y en una causa presidencial.
Pero “la joya de la corona” entre el naciente poder de AMLO y su romance con las televisoras se hizo pública –y fue de escándalo- cuando el brazo derecho de Ricardo Salinas –concesionario de Televisión Azteca- metió a uno de los suyos al primer círculo del gobierno de López Obrador.

Resulta que Esteban Moctezuma –brazo derecho de Salinas Pliego- no sólo puso a Televisión Azteca al servicio de AMLO, sino que se convirtió en el secretario de Educación. ¿Y qué significa eso?

¿Se imaginan la escandalera y la madriza a Peña, si hubiese convertido a un ejecutivo de Televisa en titular de la SEP?

De risa loca que hoy los lopistas que crearon el espantajo de que Televisa inventó a Peña, guarden silencio sobre el papel de Azteca en Morena y en la educación. ¿Le entregaron la SEP a Televisión Azteca?, ¿está la educación en manos de una televisora?, ¿por qué no lo denuncian?

¿Será que de viejos hacen todo lo que criticaron a los 20 años?, ¿será que las televisoras ya no son la caja idiota?, ¿será que el de AMLO es un gobierno de “quítate tú para ponerme” yo?

 

Al tiempo.