“Luis Miguel. La serie” emitió hoy el último capítulo de la primera temporada convertida en una ficción de enorme popularidad que ha servido, además, para que el cantante recuperara parte de su fama y público.
El capítulo 13 de esta serie emitida por Netflix y Telemundo, llamado “No me puedes dejar así”, centró buena parte de la trama en la misteriosa desaparición de la madre del cantante, Marcela Basteri.
Minutos antes de que empezara la emisión, Twitter era un hervidero de personas preguntándose la hora de inicio y esperando ansiosa el capítulo.
En México, la serie, que ya ha firmado por una segunda temporada, ha cosechado tanta popularidad que en la misma noche del domingo y los lunes era habitual que medios de comunicación aprovecharan la ocasión para rememorar con artículos la vida del cantante.
En redes sociales, se leían centenares de comentarios que demostraban que una horda de seguidores, de todas las edades, se habían hecho fanáticos de la serie y las vicisitudes del cantante, muy hermético con su vida privada.
Del elenco, Anna Favella, la actriz que interpreta a la desaparecida madre del artista, Marcela Basteri, obtiene un 8,8 por su interpretación.
Diego Boneta, como Luis Miguel, un 8,7, y el español Óscar Jaenada, como Luis Rey, un 8,6.
Cuestionados sobre la polémica figura del padre del artista, el 73 % cree que su influencia fue “para bien” en la carrera del artista, pero un 56 % dice que impactó negativamente en la vida personal del Sol de México.
Un 47 % cree que la serie “revivió” la carrera del cantante, de 48 años, que recientemente publicó disco tras un periodo oscuro con problemas legales y críticas a su imagen.
Un 65 % afirmó que, gracias a la bioserie, ahora el artista de canciones como “La incondicional” tendrá “más fans”, mientras que un 10 % consideró que perderá fanáticos y un 16 % dijo que tendrá los mismos seguidores.
Un 16 % de los espectadores de la serie se descargó algún tema o compró algún disco del cantante tras ver un episodio.
El éxito ha superado, y de largo, las fronteras mexicanas. Y en buena parte de América Latina y Estados Unidos ha sido también arrollador.
Este domingo, por ejemplo, una noticia del periódico argentino Clarín informaba de que en algunos establecimientos se cobraba entradas para ver en pantalla gigante el final de la primera temporada, en una velada llamada Luismifest.
aarl