Prácticas como el yoga y la meditación, vistos como hábitos para relajarse y crecer espiritualmente, nacen del budismo y del hinduismo, si bien un reciente estudio señala que estas actividades están ligadas con el engrandecimiento del yo, lo cual en teoría combaten.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Southampton, se basó en encuestas a 93 practicantes de yoga alemanes, quienes respondieron preguntas sobre la autoestima y la percepción que tenían de sí mismos frente a los otros.
Evaluados después de practicar yoga y meditación, los estudiantes mostraron un apego al narcicismo, mientras registraban mayor autoaceptación, satisfacción con su vida y relaciones positivas con quienes convivían.
Los investigadores concluyeron que “ni el yoga ni la meditación aquietan el ego, sino que lo aumentan”. El estudio, que practicaron de forma independiente a los participantes, arrojó que quienes hacían yoga mostraban mayor reafirmación del yo.
El estudio tomó como modelos a practicantes occidentales de yoga y meditación, quienes se acercan a estas actividades con otro tipo de enseñanza, incluso lejos de la ética que proponen los budistas, al verlo como una oportunidad para encontrar la verdad y liberarse del sufrimiento, no para fortalecerse o ser más poderosos.
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