Estamos en un momento de gran reflexión sobre el proceso del neoliberalismo que concluye con esta administración y el nuevo modelo que la sociedad confió a Morena y a su líder, Andrés Manuel López Obrador, como el próximo Presidente de México.
Sin duda, el nuevo equipo está haciendo toda una reestructura en la forma de operar del próximo Gobierno y en la que vemos cambios drásticos que deberán tener el beneficio de la duda sobre sus resultados.
Algunos aspectos positivos son el de reducir la estructura gubernamental, en donde claramente había puestos de trabajo sin una lógica o hasta duplicados. Quizá hablar de reducir 70% de puestos de confianza es muy fuerte y sobre todo que quizá muchos de ellos confiaron y votaron por Morena.
Reducir los gastos de operación se considera como un punto muy positivo en momentos donde el derroche era evidente. Bajar sueldos de altos funcionarios públicos a la mitad de quienes ganan más de un millón de pesos anuales se ve muy agresivo, porque muchas familias de estos funcionarios tienen compromisos como pago de hipoteca, financiamiento de autos, colegiaturas, gastos de mantenimiento, transporte, etcétera, que generarán reajustes muy fuertes o inclusive la pérdida de bienes durables con el sacrificio del pago de muchos años.
El que no se utilicen aviones o helicópteros privados, el no comprar flotilla de autos en el primer año, evitar gastos de remodelación de oficinas y reducciones de gastos administrativos, entre otros, significan ahorros importantes.
Ojalá que mucho de este ahorro no sólo se destine al apoyo de programas sociales, sino a proyectos de inversión que detonen la actividad, generando crecimiento económico y un mayor nivel de empleos.
Ahora, si se reduce a los funcionarios sueldos de manera importante y se eliminan prestaciones que hoy tienen, el impacto será en la calidad de servicio que puedan otorgar quienes trabajen dentro del Gobierno federal. Además, el posible cambio de lugar físico de las secretarías ocasionará la posible salida también de servidores públicos eficientes y se corre el riesgo de tener perfiles de profesionistas de menor calidad.
En resumen, vemos una reestructura en lo general positiva que buscará darle un cambio en la imagen del Gobierno federal, pero se peligra en cuanto a bajar la calidad de servicio al ser tan radical en algunos puntos con el riesgo de que la corrupción se diluya, aunque no se elimine.
El peso mexicano, en zona de soporte
Por otro lado, desde que el peso mexicano alcanzó niveles de 21.00 en el mercado interbancario, hemos visto una rápida y fuerte recuperación de la moneda, llegando a tocar mínimos la semana pasada en 18.75. Registró una apreciación de 10.7%.
Actualmente vemos un posible rebote del peso mexicano hacia 19.10-19.30 en los siguientes días como parte de una sana consolidación dentro de una posible revaluación del dólar ante divisas globales.