LA PAZ.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, rechazó hoy lo que consideró una “injerencia” estadounidense en el conflicto en Nicaragua y denunció que el “imperio” ha desplegado “estrategias criminales” contra el Gobierno de Daniel Ortega.
“En el aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista, denunciar que el imperio está desplegando estrategias criminales contra el gobierno del hermano Daniel Ortega”, escribió en Twitter el gobernante boliviano.
Morales también acusó a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés) y a la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED), una entidad estadounidense, de respaldar “abiertamente la violencia” en Nicaragua y expresó su rechazo a “la injerencia”.
El mandatario acompañó su mensaje con una fotografía en conmemoración de los 39 años del “triunfo de la revolución sandinista” en el país centroamericano.
Morales es aliado político de Ortega y sus países son parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente.
Las protestas se iniciaron el 18 de abril pasado, por unas fallidas reformas a la seguridad social, y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Ortega de graves violaciones a los derechos humanos en el marco de la actual crisis, que ha dejado más de 350 muertos, según organismos humanitarios.
La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó ayer una resolución que pide a Ortega apoyar “un calendario electoral” acordado en el diálogo nacional, mediado por la Iglesia católica, en una fórmula que busca elecciones anticipadas como vía para salir de la crisis.
La resolución fue aprobada con el voto a favor de 21 de los 34 miembros activos de la OEA, mientras que tres (Nicaragua, Venezuela y San Vicente y las Granadinas) votaron en contra y se registraron siete abstenciones y tres ausentes, entre ellos Bolivia.
DAMG