Se van todos.
Ningún eventual, ningún funcionario sin nombramiento, nada de contratos temporales.
Nadie puede quedarse más allá de julio, o a lo sumo mediados de agosto, sin base ni designación superior.
Limpia total.
Andrés Manuel López debe encontrar la administración aséptica y decidir a quién contrata y cómo lo contrata bajo su premisa de ahorrar dinero de aquí, de allá y de acullá.
A quien quiera llegar y contratarse en la burocracia con responsabilidades mayúsculas y salarios minúsculos, a decir del discurso del próximo Gobierno.
Hoy se trata de quedar bien con él, de satisfacerle.
Como no lo hizo Ernesto Zedillo con Vicente Fox en 2000.
Menos Vicente Fox con Felipe Calderón, al fin son correligionarios y fueron superior/subordinado, aunque en algún momento de la sucesión hubiesen roto a la vista de todos.
Tampoco Felipe Calderón con Enrique Peña, quien de signo diferente encontró un ambiente propicio y no fue factor ni de persecución, pero sí de olvido a cuanto se encontrara de su antecesor.
Hoy la consigna es entregar limpiamente, en paz y sin mácula la estructura gubernativa a quien ha mostrado su brioso discurso cuando el Instituto Nacional Electoral (INE) de Lorenzo Córdova se asomó a una de sus maniobras.
Candado azul con servicio civil
No le fue así de bien a Enrique Peña Nieto.
Por el contrario, so pretexto del Servicio Civil de Carrera, él encontró una estructura panista inamovible, y ante la falta de lealtad debió integrar otra nómina paralela.
Doble gasto.
Esas herencias de los gobiernos azules no pueden despedirse y ya sabrá Andrés Manuel López cómo desbrozarse de tales plazas con descentralización o sin ella, con ley o sin ella.
Pero no todo estará saldado para el peñismo.
Ya merodean, tal vez sin fundamento porque no hay nombramientos formales, un ejército de futuros ocupantes de posiciones medias y medias altas, de jefaturas de departamento para arriba.
Es decir, la administración de Peña Nieto estará entre quienes llegaron antes y no pudo echar, y quienes tocan la puerta y no puede abrirles hasta recibir la orden respectiva.
Los capitalinos pagan por nada
1. Dos crisis nos colocan a los capitalinos ante una pregunta:
-¿De qué sirven los costosos sistemas de videovigilancia y alarmas antisísmicas:
La inseguridad la padecemos día a día por todos los rumbos de la ciudad pese a las 15 mil cámaras.
Y la crisis de alertas contra temblores nos expuso a gran parte de la población la semana pasada por la falla de casi dos mil bocinas.
Tiempo de voltear a ver los contratos y a la empresa Seguritech de Ariel Picker, desde 2009 responsable del programa Ciudad Segura.
Un tema vigente para los jefes de Gobierno, el actual José Ramón Amieva y la inminente Claudia Sheinbaum… o hasta del mismo Andrés Manuel López.
2. Apenas ganó la dirigencia del Partido Popular (PP), Pablo Casado se puso en contacto con muchos políticos mexicanos.
Promete recuperar la Presidencia de España y desde sus tiempos de José María Aznar era atendido aquí por el comunicólogo Carlos Salomón.