El basquetbolista alemán acaba de cumplir dos décadas jugando en el mejor baloncesto del mundo (NBA) y además de ser reconocido por las grandes habilidades que ha mostrado durante ese periodo, ahora se ha robado el corazón no sólo de su público en Dallas, sino de toda la NBA.
Es uno de esos casos particulares en los que se testimonia un hecho que no suele ser habitual en la actualidad: mantenerse con un solo equipo desde el inicio de su carrera.
Dirk arribó a la NBA en la temporada 1998/99 y desde entonces ha defendido únicamente los colores de los Mavs. Campañas han transcurrido y el eterno pistón de la franquicia texana parece haber detenido el tiempo y ahora va con el ánimo de alcanzar su tercera década en las duelas del mejor baloncesto del planeta, algo que desde ya se antoja como una utopía.
El de Wurzburg mostró su talento en la Liga de Alemania y de inmediato llamó la atención de varias universidades estadounidenses que quisieron reclutarlo, pero optó por saltar directamente al profesionalismo sin pasar por la educación superior.
El inicio en la NBA no fue sencillo para el delantero alemán, sin embargo el futuro le depararía cosas grandes por las que lucho a lo largo de las temporadas y que lo posicionan como uno de los mejores jugadores que ha llegado del exterior.
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