El francés Julian Alaphilippe lució su maillot de rey de la montaña con un doblete en la primera etapa pirenaica, entre Carcasona y Bagnères-De-Luchon, de 218 kilómetros, en la que los favoritos no asomaron y el británico Geraint Thomas mantuvo sin problemas el jersey amarillo.
Alaphilippe ganó la primera etapa alpina en Le Grand Bornand y repitió su euforia en la primera pirenaica. De nuevo imbatible, es el azote de los hermanos Izagirre. A Ion le batió en Alpes y esta vez a Gorka. Una victoria que disfrutó en solitario, al “estilo Vockler”, porque tenía 14 segundos de ventaja sobre el español, que cruzó con Yates, Mollema y Pozzovivo.
Mientras llegaban los componentes de la numerosa fuga con cuentagotas, de los favoritos se sabía que aún estaban bajando el Portillon, con la cima a 10 kilómetros de la meta. En el descenso estuvo la clave de la etapa, pues se cayó Yates y aprovechó Alaphilippe para escaparse.
Los hombres de la general entraron tranquilos en los Pirineos, pacto de no agresión ante la etapa corta y explosiva de este miércoles. Llegaron a 8’50’’ del ganador, indemnes en sus respectivos puestos. Thomas subió de nuevo al podio, Froome le sigue a la espera de lo que diga la carretera sobre el liderazgo en el Sky y Dumolin es tercero.
Fue una etapa pirenaica sosa, una prueba de fondo con tres puertos en los últimos 70 kilómetros. Salió lanzada, se paró por la manifestación y se montó una escapada de 28 hombres que no tuvo el beneplácito del Sky porque estaba Valverde.
La escapada buena se consolidó a mitad de recorrido. Sky abrió el semáforo a 47 corredores. Por delante dos puertos míticos por la tragedia que guardan sus curvas. En el Portet D’Aspet falleció Fabio Casartelli en 1995.
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