Washington.- El Presidente estadounidense, Donald Trump, sigue generándo polémica sobre injerencia de Rusia en las elecciones de EU.
Ahora aseguró estar “muy preocupado” de una posible interferencia rusa en el proceso legislativas de medio mandato que se celebrarán el próximo mes de noviembre, pero aseveró que sería a favor de los demócratas.
“Estoy muy preocupado de que Rusia pelee muy duro para tener un impacto en las próximas elecciones”, dijo Trump en su cuenta oficial de Twitter, en referencia a los comicios que renovarán en noviembre los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de los 100 del Senado estadounidense.
“Basándome en el hecho de que ningún presidente ha sido más duro con Rusia que yo, (los rusos) estarán presionando mucho a favor de los demócratas. ¡Definitivamente no quieren a Trump!”, añadió.
Desde la celebración de su cumbre bilateral con el presidente ruso, Vladimir Putin, el pasado 16 de julio en Helsinki, Trump ha cambiado de opinión respecto a la injerencia rusa y los servicios de inteligencia de EU en varias ocasiones.
En una rueda de prensa conjunta con Putin, Trump desautorizó los hallazgos de sus servicios de espionaje, que han determinado que el Kremlin interfirió en las pasadas elecciones presidenciales estadounidenses.
Pocos días después de esa afirmación, Trump se desdijo e indicó que se “expresó mal” en la capital finlandesa y aclaró que acepta “las conclusiones” de sus agencias de espionaje.
Trump trataba así de calmar el aluvión de críticas recibidas, incluido desde el seno de su propio partido republicano, por no confrontar directamente al líder ruso.
Sin embargo, inmediatemnete después su gobierno dio a conocer que invitaría Putin a EU.
Al respecto, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, marcó su distancias con Trump y aseguró que si el mandatario ruso acepta visitar Washington, no será invitado al Congreso.
“Ciertamente no invitaremos a Putin a una sesión conjunta”, declaró Ryan a un grupo de periodistas tras mantener una reunión a puerta cerrada con un grupo de legisladores republicanos.
En este contexto, dos influyentes senadores, el republicano Lindsey Graham y el demócrata Robert Menéndez, anunciaron ayer su intención de presentar una ley para aumentar las sanciones de EU contra Rusia, especialmente sobre su deuda soberana y los sectores energético y financiero.
Graham y Menéndez aseguraron en una declaración conjunta que “Estados Unidos debe dejar muy claro” que defenderá los intereses del país y que “no vacilará rechazar sus esfuerzos por erosionar la democracia occidental”.
El proyecto de legislación también incluirá la necesidad de que el Senado apruebe cualquier intento de retirada de EU de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), mayores esfuerzos para contrarrestar la desinformación rusa y programas de asistencia a las democracias europeas que se puedan ver afectadas por la interferencia de Rusia.
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