Decimos que han comenzado nuevos tiempos en la vida política nacional, pero no basta que el movimiento que triunfó en las elecciones y su líder cambien y hagan cambiar en los ámbitos de su influencia, falta que cambien otros núcleos públicos y privados, cambien de raíz, depongan viejas y anacrónicas prácticas; un caso es el del INE y las pesquisas ficticias o reales que hace ante el catálogo de fondeos de campañas electorales para la Presidencia de la República, los Amigos de Fox, el Pemexgate, Tarjetas Money. Muchos de estos “gates” de dimensiones reales o exageradas, según la cobertura mediática, ahora los protagonistas del Consejo del INE, quieren subir a los primeros niveles de la discusión el caso del Fideicomiso que le llaman de Morena, y que algunos consejeros insinuaron sirvió para apoyar trabajos electorales.
Pero este caso, a diferencia de los otros, no da para más, ya que los fideicomisos sirven para lo bueno y para lo malo; en algunos casos encubren falacias financieras, en otros son para transmitir dineros a alguna causa noble pública o privada. En este caso no había alternativa, pues era necesario y urgente constituir el fideicomiso de ayuda a los damnificados por los sismos.
Por eso la actuación del Consejo General del INE y el protagonismo de algún o algunos consejeros son sesgados y consecuentemente ilegales, por estas razones:
1. La materia central de un fideicomiso es la custodia de un fondo de dinero para un fin; en su constitución y convenio se debe establecer quiénes administrarán el dinero, cómo y para qué, eso está claro. Lo determinante es el origen del dinero; es privado al ser producto de donaciones privadas. Los administradores son particulares, ya que el Comité Técnico lo integran personalidades que no son formalmente directivos de Morena; por el contrario, son actores de la vida intelectual de arraigada buena fama pública.
2. Los fondos de origen privado, administrado por particulares, fueron destinados en emisiones de $2,400.00 por beneficiario, considerando una revisión en campo de daños ocasionados por los temblores de septiembre en nueve entidades federativas, declaradas zonas de desastre por el Fonden. La determinación de viviendas dañadas la hicieron activistas de Morena, ya que acceder a los censos levantados por las instancias gubernamentales era difícil y burocrático.
3. La transparencia de los fondos no está en duda; había que verificar las cédulas de entrega que se hizo en campo y de “mano a mano “en donde fue necesario dar los $2,400.00 en efectivo ante la imposibilidad de entregarlo en cheque bancario, en tiempos en que ningún candidato estaba en campaña, por lo que no se puede argumentar que dicho fondo sirvió para financiar campaña alguna.
4. Si hubo depósitos en efectivo, como se afirma, es responsabilidad de los donadores, no del fideicomiso, ni de la naturaleza de éste. La transparencia de ese fondo de 78’000,000 es competencia de la Comisión Nacional Bancaria, no del INE; mucho menos de ningún consejero.
Nuestra sociedad va cambiando, el mandato de las urnas del 1 de julio es más democracia, y esto implica más igualdad y más libertad, eso sí, libertad con responsabilidad. El consejero del INE, Marco Antonio Baños, de marcada inclinación gubernamental (priista), ha demostrado estos días un afán protagónico propio de otros tiempos. Hay que recordar cómo antes otros consejeros de claro origen e inclinación oficialista han sucumbido ante su propio espejo al verse retratados en cuadro como adalides de la democracia, pero sólo han contribuido a hacer más opaco lo claro al manipular información en aras de protagonismo mediático o revanchismo político. Actuando así, ellos traicionan los principios de legalidad, certeza, imparcialidad y objetividad que juraron guardar al rendir la protesta de ley.
La multa es exagerada: 197 millones de pesos porque presumían que Morena recibiría los mil 400 millones de pesos, aproximadamente, de financiamiento público para 2019 que le corresponde por su alta votación, pero “se les volteó el chirrión por el palito”, ya que anunció AMLO que se renunciará a gran parte de ese financiamiento, así que el buen juez por su casa ya empezó.
Plácido Morales Vázquez
Profesor en la Facultad de Derecho de la UNAM
Placidomorales2006@hotmail.com