A 10 días de haber declarado a los países de la Unión Europea como enemigos de Estados Unidos, el Presidente Donald Trump reconsideró y declaró una pausa en su guerra comercial con sus aliados.
Trump anunció ayer haber logrado un acuerdo con la Unión Europea para avanzar juntos hacia una situación de “cero aranceles“, luego de una reunión con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien lo visitó en Washington.
Trump aseguró que se alcanzó un compromiso con la UE para trabajar juntos hacia una política de cero aranceles y cero subsidios a los bienes industriales no automotrices.
En tanto, se comprometieron a paralizar la aplicación de nuevos aranceles y tratar de alcanzar un acuerdo sobre los impuestos al acero y al aluminio decretados por EU, pero sin precisar cuándo podrían concretarlo.
En una conferencia de de prensa conjunta con Juncker, no prevista en la agenda de ambos, el Trump reveló que la UE comenzará a importar soja “especialmente del medio oeste” de EU, así como gas natural líquido para “diversificar” sus fuentes energéticas, además de reducir algunos de los aranceles industriales.
En tanto, el presidente de la CE celebró el acuerdo comercial, que contempla la reducción de los aranceles por ambas partes y relaja las fricciones bilaterales de los últimos meses.
“Teníamos la intención de lograr un acuerdo, y logramos un acuerdo hoy”, confirmó Juncker, tras su encuentro con Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Asimismo, indicó que el pacto establece resolver el tema de los impuestos por parte de EU al acero y aluminio europeos, que desataron la escalada comercial entre Bruselas y Washington, aunque no precisaron si quedan anulados de manera inmediata.
Minutos después, en una conferencia en el centro de estudios CSIS, Juncker remarcó que se trata de un buen acuerdo que remarca lo “especial” de la alianza entre EU y la UE, a la vez que subrayó que sus intercambios suponen la mitad del comercio global.
La visita de Juncker a Washington ha suscitado gran expectación tras el cruce de acusaciones y la imposición de aranceles por parte de Trump a las importaciones de acero y aluminio europeo, a las que Bruselas replicó con medidas idénticas a diversos productos estadounidenses, como motocicletas y pantalones vaqueros.
El presidente de EU había insistido en los últimos meses en la necesidad de que la UE acceda a sus exigencias de facilitar el acceso de productos estadounidenses al mercado europeo y ha amenazado con aplicar aranceles de hasta un 20% a las importaciones de automóviles europeos si no hay concesiones.
Esta sería la segunda fase de la guerra comercial que comenzó en junio pasado cuando aplicó impuestos al acero y aluminio procedente de la UE, México y Canadá; además de otros aranceles a China, países que han respondido con impuestos a productos de EU.
Al respecto, los ataques de Trump se enfocaron ayer en China, país al que acusó de atacar a los agricultores estadounidenses por los aranceles y advirtió que habrá consecuencias para Pekín.
“Nos estábamos portando bien – hasta ahora! China ganó 517,000 millones de dólares con nosotros el pasado año”, agregó en referencia al déficit comercial con el gigante asiático.
El Departamento de Agricultura de EU lanzó el martes un plan para compensar a los agricultores estadounidenses perjudicados por los aranceles de otros países, entre ellos China, aplicados en represalia a los impulsados antes por Trump.
La respuesta de China no se hizo esperar y el presidente Xi Jinping llamó a las potencias emergentes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), a “rechazar el unilateralismo”.
“Los mercados y el comercio deben ser abiertos”, afirmó en Johannesburgo en la X Cumbre de los BRICS, donde insistió en que “el proteccionismo han propinado un grave golpe al multilateralismo”.
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