No tiene cuenta bancaria ni tarjeta de crédito. No lleva efectivo ni para el taxi, y lo suyo no es el dinero. Sin embargo, el Presidente electo tiene un banco consentido y es amigo de un banquero que maneja sus negocios políticos.
Negocios como el fideicomiso de la discordia –abierto en el Banco Afirme–, y que se ha convertido en otro escándalo de financiamiento electoral, luego de Amigos de Fox y Pemexgate.
Y es que cuando Morena y su candidato presidencial anunciaron la creación de un fideicomiso para ayudar a los damnificados, pretendieron blindar el engaño con “personalidades” de “credibilidad y honestidad”. No lo consiguieron, a pesar de “notables” como Elena Poniatowska, Alejandro Solalinde, Julio Scherer Ibarra y Pedro Miguel, entre otros.
Lo que sí lograron fue exhibir al banco Afirme como la institución que en muchas ocasiones sirvió al interés político de AMLO.
Acaso por ello fue posible el absurdo de exhibir la copia de una transferencia electrónica, con el sello del banco. Como saben, ese milagro fue exhibido como prueba de que la esposa del Presidente electo sí aportó recursos de su esposo al fideicomiso Por los Demás.
Pero resulta que en 2006 –cuando Obrador fue el candidato del PRD-, Banco Afirme concentró todas las cuentas bancarias del partido amarillo, financió spots de AMLO y habría aportado millones a su campaña.
En la elección de 2012 se difundió una grabación en la que se escucha al asesor de AMLO, Julio Scherer Ibarra –“notable” del fideicomiso Por los Demás–, conversar con Julio César Villarreal Guajardo, cabeza del Grupo Afirme, sobre aportaciones económicas a la campaña de Obrador.
Según el “pinchazo” telefónico, el banco Afirme aportó 110 millones de pesos a la campaña del candidato presidencial del PRD.
Curiosamente el Grupo Financiero Afirme fue el banco consentido de los gobiernos perredistas de Leonel Godoy, en Michoacán, y Marcelo Ebrard, en Ciudad de México.
En el primero manejó la nómina del Gobierno michoacano y facilitó un préstamo de seis mil millones de pesos. En el de Ebrard sirvió como depositario de los apoyos sociales y otorgó créditos para la sustitución de taxis y microbuses.
Julio César Villarreal Guajardo es un empresario regiomontano, ligado al “salinismo” -amigo de Alfonso Romo, principal asesor de AMLO– y primo del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal.
Gracias a las privatizaciones de Salinas -“jefe de la mafia del poder”-, Villarreal Guajardo adquirió Sicartsa y Banpaís, y luego de aventuras en el PRI saltó a los brazos de la “izquierda” obradorista -junto con Alfonso Romo, Ricardo Salinas Pliego y otros empresarios “regios” que vendieron su alma a Morena y que hoy son insultados en la plaza pública- para expiar sus pecados.
Y hoy, Villarreal Guajardo y banco Afirme son el grupo financiero consentido del nuevo Gobierno.
¿Se prestarán para ocultar información del gran fraude electoral del fideicomiso? Los juaristas recuerdan la máxima: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, justicia a secas”.
Al tiempo.