NUAKCHOT.- El Gobierno español y mauritano se comprometieron hoy a reforzar su cooperación en materia de seguridad para evitar la reapertura del “frente sur migratorio” desde las costas del Atlántico, después del último repunte en las salidas de pateras desde las costas del Mediterráneo occidental.
El ministro de Interior español, Fernando Grande-Marlaska, así lo manifestó durante su viaje hoy a la capital mauritana y llamó a hacer todo lo posible para evitar que las mafias de tráfico de personas vean en las costas del Atlántico una alternativa tras el cierre de las rutas del Mediterráneo.
“La situación de los flujos migratorios actuales y otras circunstancias, como el cierre de algunas partes del Mediterráneo (central), hace que las mafias echen la vista hacia otras rutas y esas rutas pueden ser las atlánticas”, dijo Marlaska en una declaración conjunta con su homólogo mauritano, Ahmedu uld Abdala.
Las costas del Atlántico, y concretamente las mauritanas de Nuadibú, se considera como “el frente sur” de España, y en la década anterior fue una de las principales rutas de salida de cayucos transportando a emigrantes irregulares hacia las Islas Canarias.
Este frente ahora está tranquilo y ha quedado prácticamente cerrado en los últimos tres años tras el reforzamiento de la cooperación entre las autoridades mauritanas y españolas, estas últimas con dos destacamentos respectivos de la Policía Nacional y Guardia Civil en las costas de Nuadibú, a 470 kilómetros al norte de Nuakchot.
Desde 2015 ninguna patera ha podido alcanzar las costas de Canarias desde el territorio mauritano.
El ministro español saludó hoy “el trabajo profesional” de las autoridades mauritanas en materia de control de fronteras, y les transmitió la necesidad de intensificar “el apoyo mutuo y el trabajo conjunto” para reforzar la colaboración “modélica” de ambos países en materia migratoria, además de otros ámbitos como la lucha antiterrorista, el crimen organizado, el narcotráfico y la trata de personas.
Grande-Marlaska defendió la excelente colaboración entre ambos países que, según explicó, puede ser un ejemplo de control de los flujos migratorios en el marco de la Unión Europea.
El ministro español se comprometió también ante su homólogo a que intermediará ante la Unión Europea para que la cooperación con el país magrebí “se incremente en los términos que sean necesarios” y para que se reconozcan los esfuerzos del país en materia de lucha contra la emigración irregular.
Por su parte, el ministro de Interior mauritano, Ahmedu uld Abdala, subrayó que las relaciones de cooperación entre ambos países se ha reforzado en los últimos doce años, y se ha consolidado tras la firma de un convenio de cooperación en materia de seguridad en mayo de 2015.
Este convenio prevé colaboración entre las autoridades de ambos países para luchar contra el terrorismo, el crimen organizado y la emigración irregular.
Al mismo tiempo, Uld Abdala recordó los esfuerzos “importantes” de su país para luchar contra el terrorismo y el crimen organizado, y señaló que las autoridades mauritanas pusieron en marcha un sistema biométrico que posibilitó la reforma y modernización de los registros de estado civil en el país y para la emisión de documentos seguros a los ciudadanos y extranjeros que residen en el país.
Durante su viaje a Mauritania, Grande-Marlaska se reunió también con el primer ministro, Yahya uld Hademine, y se trasladará por la tarde a Nuadibú para visitar el destacamento allí de la Policía Nacional y la Guardia Civil españolas, y el buque oceánico de la Guardia Civil “Río Tajo” en el puerto de la ciudad.
La cuestión migratoria fue uno de los temas prioritarios que marcaron la agenda del ministro español en sus últimos viajes internacionales (a Marruecos y Argelia) y sus desplazamientos dentro de la península.
Según el Gobierno español, el número de inmigrantes atendidos a pie de playa por España desde el inicio del año hasta el pasado 26 de julio asciende a 22.082 personas, alcanzando así en tan sólo seis meses el mismo número que en todo el año 2017.
DPC