La decisiones de bancos centrales de la semana fueron las esperadas, y quizá la del Banco de México, la más indecisa en el mercado, a pesar del voto unánime para dejarla sin cambio en 7.75%.
El martes pasado, el Banco de Japón (BoJ) decidió mantener sin cambio su tasa de interés en -0.1%, pero flexibilizó su Programa de Estímulos al cambiar la referencia en la compra de ETFs en renta variable del Nikkei al Topix, y dejará cierta variación en los bonos a largo plazo, aunque la referencia a 10 años buscará mantenerla cerca de 0%.
Por su parte, la Fed, como se esperaba, dejó sin cambio la tasa de referencia en 2.0%, pero en su comunicado, aclaró que seguirá buscando normalizar la tasa de referencia en la medida de que la economía continúe con un crecimiento robusto apoyada ahora por la reducción de impuestos. Lo vimos con los resultados de las empresas que mostraron ganancias superiores a las estimadas en casi todos los sectores.
Será en septiembre, junto con las previsiones de crecimiento, inflación y empleo, así como en su conferencia, que la Fed aumentará la tasa de interés a 2.25%, y muy probablemente la volverá a hacer en diciembre próximo a 2.50%.
En cuanto al Banco de Inglaterra (BoE), el riesgo sobre la inflación llevó a los miembros de la institución a subir la tasa de interés a 0.75%, aunque podría dejarla ahí por mayor espacio de tiempo. Por ello, los movimientos de alza serán paulatinos teniendo como elementos de seguimiento el conflicto comercial y el Brexit, cuya fecha de término es marzo de 2019.
Por su parte, el Banxico -en una decisión importante por haber sido posterior al resultado electoral y a la recuperación de los mercados- decidió mantener la tasa de interés en 7.75%.
Da un voto de confianza a que el riesgo de transferencia de precios del productor al consumidor, así como el incremento reciente en las posiciones en Cetes por inversionistas extranjeros se vayan normalizando dentro de un entorno de mayor estabilidad y confianza. La recuperación del peso mexicano ha sido importante, así como el avance -que hasta hoy comentan los ministros de economía- de la negociación del TLCAN.
Consideramos que será en octubre próximo, y una vez que la Fed incremente las tasas de interés en septiembre será cuando las condiciones de la economía, la inflación y los mercados globales volverán a generar una presión para el Banxico.