A casi seis años, interrumpidos, de que entrara en operación de la Línea 12 del Metro (30 de octubre), Salvador Guerrero Chiprés y Bernardo Aguilar, dos de los autores del texto “12 falsedades y muchas verdades sobre la Línea 12”, manifestaron que las observaciones de ese proyecto se usaron con fines políticos.

Destacaron que, aunque lo ideal es castigar a los verdaderos responsables de las fallas que tuvo la llamada Línea Dorada, la única intención de dicha investigación es que se sepa la verdad.

En abril de este año salió a la luz dicho texto en la página https://movimientoprogresista.org/, identificada con Marcelo Ebrard, quien fue implicado en los presuntos malos manejos desde la planeación del trazo, hasta las autorizaciones y los costos.

Guerrero Chiprés, periodista y académico, aseveró que las afectaciones de la Línea 12 son un tema de falta de mantenimiento intencional por parte de la administración que recibió el proyecto, es decir, la de Miguel Ángel Mancera (diciembre de 2012 a abril de 2018).

“Fue un largo camino para construir los argumentos que sostienen la investigación, muchos de ellos obtenidos por transparencia, por el ocultamiento de la actual administración”.

En una entrevista con 24 HORAS, explicó que si la Línea Dorada realmente hubiera tenido una falla estructural definitiva, por seguridad se habría cerrado completa y no una parte como ocurrió. Lo mismo sucede con los trenes y el sistema de rodamiento, del que se argumentó que eran incompatibles; pero nunca se cambiaron los vehículos.

“El planteamiento central es que, intencionalmente se omitió durante año y medio el mantenimiento de la Línea para crear una situación crítica que después se gestionó políticamente (…). Siempre se genera un desgate ondulatorio, eso nadie lo niega; pero ese desgaste requiere de un mantenimiento constante que no se le dio”, dijo.
En cuanto al entorno político, recordó que todo el debate sobre el tema inició a partir de la filtración de un supuesto documento técnico que salió del PRI en la VI Legislatura de la Asamblea Legislativa, que es ampliado por el PRD, por instrucciones del entonces jefe de Gobierno.

“Campaña de desprestigio” 

El documento ni siquiera se presentó en el pleno y ahí empezó la estrategia de campaña contra Ebrard. “La hipótesis que nosotros tenemos es que hay un acuerdo entre el jefe de Gobierno, el director del Metro y eventualmente el PRI, encabezado en ese momento por el Presidente de la República, para desatar una campaña en contra de Marcelo Ebrard, a quien veían como un instrumento político de transición muy relevante dentro del equipo que tiene con Morena y en particular con el ahora Presidente electo”, dijo.

Reveló que desde la Jefatura de Gobierno se presionó a funcionarios del Metro para contradecir su visto bueno al diagnóstico de la Línea 12, que llevó a la suspensión en el servicio, lo cual calificó como la forma más ruda de trasladar la responsabilidad que era de ellos a un actor externo.

El ingeniero Bernardo Aguilar, otro de los autores del caso, mencionó que el verdadero objetivo de que se difundieran datos falsos sobre la L12 sólo lo conocen “los autores materiales e intelectuales de esta campaña de desprestigio”; una conclusión es la necesidad de desvirtuar el capital político de un personaje como Marcelo Ebrard.
Cuestionado sobre cuál era el objetivo de revelar la investigación y si ésta podría usarse para castigar a los verdaderos culpables, respondió que sí podría servir; sin embargo, el objetivo del documento es simplemente que se sepa la verdad del caso.

“Nosotros no estamos pretendiendo (que) sirva para tal fin, lo que buscamos es que con este documento se conozca la verdad, esa es la intención principal y nuestro único fin. Además, el impacto mediático que tuvo esta línea (de denostación) nos costó muchísimas horas en todos los medios, y evidentemente no se ha le ha dado al conocimiento de la realidad”, dijo.

LEG