No se podrá llegar a una pacificación en el país si antes no se fortalece el sistema de justicia penal, señaló José Ramón Cossío Díaz, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
“El nuevo gobierno tiene como una de sus prioridades centrales la determinación de la paz en el país, pero más allá del impulso democrático y más allá de la alegría el mundo del derecho es un mundo técnico no es un mundo de entusiasmos exclusivamente”, expresó.
Durante su participación en la presentación del seguimiento de evaluación del sistema de justicia penal acusatorio “Hallazgos 2017“, que realizó la organización México Evalúa, Cossío Díaz dijo que empezar con idas generales es complicado y peligroso.
“Lo que se tiene que hacer paralelamente es entender que todo el proceso de pacificación en una sociedad como la nuestra tiene que pasar por la imposición de las normas jurídicas. Si quien delinque es investigado, llevado a proceso, sentenciado, encarcelado se van generando incentivos muy poderosos para que tras personas se den cuenta que no es un ‘buen negocio’ delinquir”.
Resaltó que no puede haber proceso de paz sino se tiene un sistema penal eficiente porque sino “aquello que termine en paz o perdón volverá a recaer y no tendrá ningún sentido y las víctimas quedarán profundamente ofendidas, profundamente lastimadas y no va haber un proceso de paz posible de generar”, remarcó.
Por su parte, Edna Jaime, directora de México Evalúa, consideró que la consolidación del Sistema Penal no será posible en tanto no se fortalezcan sus instituciones de manera integral y se acabe con la impunidad.
Por tanto, llamó al próximo gobierno a retomar la consolidación del sistema de justicia penal acusatorio como un problema público prioritario. “El acceso a la justicia no debe jugar un papel secundario en la agenda pública del país”, enfatizó.
La organización civil recomendó la creación de una instancia técnica de coordinación nacional; enfocar los esfuerzos institucionales en la revisión de la operación dará del sistema; el desarrollo de un nuevo modelo de justos, y la profesionalización de los operadores del sistema de justicia penal.
TFA