Foto: Reuters/Archivo Su delicado estado de salud le ha impedido viajar y permanece atrapado en el aeropuerto  

MANILA.- El profesor australiano Gill Boehringer, de 84 años y delicado estado de salud, lleva cinco días en el aeropuerto de Manila tras ser acusado de participar en dos protestas políticas y apoyar a la guerrilla comunista.

El pasado 8 de agosto, las autoridades migratorias le negaron la entrada al país y ordenaron su deportación al considerarlo “una amenaza para el orden público”, pero su delicado estado de salud le ha impedido viajar y permanece atrapado en el aeropuerto.

“Parece que ahora en Filipinas casi cualquier persona puede ser calificada de terrorista o en asociación con terroristas. Yo niego la acusación. Ciertamente no soy partidario del terrorismo de ningún tipo”, defendió hoy Boehringer en un comunicado divulgado por la organización Karapatan.

El australiano, que visita con frecuencia el país porque su esposa es filipina, también desmintió haber asistido a dos protestas políticas, una en noviembre de 2015 y otra en febrero de 2018, como alega Inmigración en virtud de un informe de espionaje en el que se le acusa de vínculos con “grupos terroristas comunistas”.

Según Boehringer, lo que hizo en febrero de este año fue un viaje a las montañas de la región de Caraga, en la isla de Mindanao, para observar las actividades educativas en una escuela primaria para niños indígenas de la comunidad lumad.

“Entre mis intereses como académico (…) se encuentran los procesos de educación de los pueblos indígenas y el cuidado de sus tierras ancestrales en mi país, en Filipinas y en otros lugares”, señaló el profesor de derecho en la Universidad Macquarie de Sídney.

Sus abogados solicitaron la semana pasada que se le autorizara a ingresar en Filipinas “por razones humanitarias” para recibir atención médica ya que padece una embolia pulmonar, petición que fue denegada por la Oficina de Inmigración.

Debido a su salud, el académico no ha podido tomar su vuelo de retorno a Cantón, en China, desde donde ingresó a Filipinas, y está bajo custodia de la aerolínea.

Según la portavoz de la Oficina de Inmigración, Dana Sandoval, el profesor Boehringer podrá ingresar en Filipinas si presenta pruebas que desmientan los motivos por los que está en la lista negra, no por motivos de salud.

Este caso recuerda al de la monja australiana Patricia Fox, de 71 años, declarada “indeseable” tras más de tres décadas como misionera en Filipinas por haber participado en protestas contra el actual presidente del país, Rodrigo Duterte.

Fox ha apelado ante la justicia filipina la orden de expulsión emitida por las autoridades del país. 

GAC