El pastelazo y los insultos a la crítica de arte Avelina Lésper, hace exactamente nueve días, podrían ser un acto porril de personas ligadas a Morena.
Si ya de por sí la agresión hacia una persona es reprobable y puede configurar un delito, cuando viene de alguien ligado al poder político tiene una agravante: la del abuso que, es muy probable, terminará en un acto de impunidad.
Oficialmente se desconoce quién fue el atacante, pero algunos de los asistentes al debate sobre grafiti en el Museo de la Ciudad de México dejaron un rastro que vincula a un activista y promotor cultural de Morena y a una ex servidora pública.
En el muro de Facebook de Martín González Mercado se observa el siguiente diálogo:
Aiko Reygo: ¿Fuiste tú el del pastelazo?
Antonio Gritón: ¿Vieron lo del pastelazo?
Leonel García: Fue Martín.
Lorilei Parra: Sííí, yo lo vi. Ja, ja, ja, ja.
Leo Barbosa: Soy su fan, Lori y Martín.
Los mensaje se dan tras la publicación de una foto en la que, según lo descrito bajo la imagen, se encuentra Martín González Mercado, Lorilei Parra y Denisse Mauries (dentro del Museo de la Ciudad de México el día de la agresión), en donde se observa el siguiente comentario: “Lo mejor del diálogo fue encontrarnos viejos y nuevos cómplices”.
¿Quiénes son Martín González Mercado (según Lorilei Parra y Leonel García en el diálogo anterior), quien presuntamente lanzó el pastelazo) y Denisse Mauries?
Martín se autodefine en LinkedIn como gestor y promotor cultural de la Ciudad de México, participó en la organización de mítines en favor de la próxima jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y tiene un número de contacto en la página oficial del gobierno delegacional de Cuauhtémoc.
Denisse Mauries fue coordinadora de Atención al Usuario del STC Metro y trabajó en la Unidad Graffiti de la SSP.
Más allá de que se trate de minimizar con “sólo fue un pastelazo” o de estar o no de acuerdo con Avelina Lésper, lo sucedido afuera del Museo de la Ciudad de México el 4 de agosto pasado, luego de una conferencia-debate sobre el grafiti, es sin duda una agresión en donde hay personas ligadas al partido en el poder en la delegación Cuauhtémoc y en el Gobierno de la Ciudad de México, mencionadas como responsables. Lo cual debería investigarse.
#¿LoboEstásAhí?
El porrismo es un fenómeno que nació dentro de instituciones de educación media y superior, y fue trasladado a la arena política para actuar, generalmente, cuando los argumentos se han agotado.
Tolerados o promovidos por los mismos partidos políticos, estos grupos se caracterizan más por sus actos de violencia que por sus ideas.
Ahí está el famoso “dipuporro”, Cristian Vargas, quien escaló al interior del PRI capitalino hasta convertirse en diputado, y cuya característica principal no fueron sus ideas o argumentos, sino su aparición en actos violentos.
El caso Avelina Lésper exhibe al porrismo guinda: promovido y ejecutado por activistas del partido en el poder que Morena debe detener. La violencia hacia una mujer no es una “travesura”, más si viene de personas ligadas al poder político.