Después de ganar 32 ocasiones un Masters 1,000, a Rafael Nadal no le queda nada por demostrar, aunque no estaba dispuesto a permitir que un joven que ayer cumplió 20 años, le arrebatara la corona 33 de los certámenes que reparten un millar de puntos ATP.
Una hora y 42 minutos le bastaron al mallorquín para frenar el sueño del jovencito griego, quien eliminó a Novak Djokovic, Dominic Thiem y Kevin Anderson previamente en suelo canadiense. Misión muy complicada: eliminar a tres top ten en un torneo.
El griego iba por la máxima sorpresa, conquistar su primer Masters, y ante el número uno del ranking. Aunque Nadal tenía su mejor repertorio reservado para alguien que está llamado a ser de los mejores en los próximos años.
Después de superar tormentosos partidos durante la semana, llenos de lluvia, rivales inspirados, retrasos y suspensiones, Nadal se merecía una coronación como la de ayer en la Rogers Cup.
La única crisis que atravesó fue cuando desaprovechó la opción de sacar para partido en el 5-4 de la segunda manga. Pero fue una escena de otra película. La prueba es que Tsitsipas llegó a ese juego con apenas tres bolas ganadas al resto en todo el partido. El zurdo de 32 años no dejó crecer a su rival, de hecho salvó un set point con su saque en el 6-5 antes de imponer su experiencia en el tie-break (récord de 223-142 en desempates en su carrera).
Hoy Nadal escribe un capítulo más de su exitosa carrera en la raqueta profesional, y demuestra que los jóvenes, que vienen empujando muy fuerte, deben esperar un poco más para tomar su turno y ocupar las posiciones que tienen el español, Federer y Juan Martín del Potro.
fahl