Ya han pasado más de siete lustros desde la partida de uno de los mejores boxeadores en la historia de México y que para algunos, pudo pelear con Julio César Chávez el título del mejor púgil azteca de todos los tiempos.
Salvador “Sal” Sánchez como era conocido en la escena pública, siempre estuvo inmerso en el mundo de los encordados, aunque en un inicio, la disciplina fue otra. En sus inicios, tuvo una preferencia por la lucha libre, sin embargo, sus dotes fueron vistos por Agustín Palacios Rivera, quien fuera su descubridor y la persona que lo introdujo en el mundo del boxeo.
El nacido en Santiago Tianguistengo, Edomex, tuvo un ascenso meteórico, pues con tan sólo 16 años debutó profesionalmente. La cita fue el 4 de mayo de 1975 en Veracruz ante el también debutante Al Gardeno. El comienzo de Sal Sánchez incluyó su rúbrica. Triunfo por la vía del knock out en el tercer round. Aquí empezó el brillante camino que labró el mexicano.
Después del gran debut y tres peleas más en Veracruz, medio año después ya estaba luchando en la Ciudad de México. Su primer rival en la capital fue Cándido Sandoval, quien contaba en se momento con un récord de 2-3, y al que derrotó con un nocaut técnico.
Pasó año y medio y 13 peleas para que Sánchez diputara su primer encuentro por un título. La sede fue Mazatlán y el rival Antonio Becerra para hacerse del Campeonato Nacional de Peso Pluma. Ahí sufrió su primer y único revés, así como un aplazamiento para tocar el firmamento.
Su primera lucha en el extranjero se dio un año después ante otro mexicano. Juan Escobar, que contaba con un récord de 8-2 se enfrentó a Sal en el Auditorio Olímpico de Los Ángeles y ahí se dio el único empate que registró Sánchez en su carrera.
El momento más dulce
Sal Sánchez tuvo que aguardar hasta que entrara la década de los 80 para demostrar al mundo su talento. El 2 de febrero de 1980 en el Coliseo de Phoenix cuando enfrentó al estadounidense Danny López por el título de la división pluma del Consejo Mundial de Boxeo.
Fue en 13° asalto donde el mexiquense salió vencedor cuando el referee paró el combate declarando nocaut técnico y Sal se convertía en monarca de los pluma. Este cetro lo defendió con éxito hasta 1982. Su última pelea fue contra el ganés Azumah Nelson en el Madison Square Garden, al que venció por nocaut técnico en el round 15.
Trágico desenlace
Tan sólo tres semanas después de ganar en el recinto estadounidense, Sal tuvo un accidente en la carretera que va de Querétaro a San Luis Potosí. Alrededor de las 2 a.m., Sánchez chocó contra una camioneta y un camión de carga pesada, lo que resultó en una muerte instantánea.
A pesar de estar cada vez más cerca el 40 aniversario de su muerte, el pugilismo mexicano recuerda con enorme cariño el legado de uno de sus hijos pródigos, uno que apuntaba a marcar una historia todavía más grande y al que sólo queda agradecerle no por las victorias, sino por la gran labor de alegrar e ilusionar a todo un país en momentos muy difíciles.
fahl