Como saben, los de la joven democracia mexicana son tiempos de buenos y malos; pecadores y purificados.
Tiempos en donde será apaleado y linchado todo aquel que se atreva a criticar y/o poner en duda la sabiduría del nuevo rey. Tiempos de la versión moderna del Jordán, llamado Morena y en donde su “profeta” sexenal es el único capaz de perdonar los pecados y a los pecadores.
Tiempos en donde el pensamiento único es obligado y son traición a la patria el disenso y la crítica. “San Andrés” todo lo sabe y todo lo ve. Pero todo lo perdona, a cambio de sumisión, abyección y del quiebre de cintura.
Y ay de aquél que cuestione en medios, digitales o redes porque salen de sus jaulas miles de rabiosos y babeantes bots con la orden de despedazar a su presa, ofrecida como trofeo de guerra al nuevo rey.
Pero no todo es blanco y negro, existe un atajo; el camino del perdón y la felicidad, cuyo manual hacemos público para quien busca el paraíso. ¿Qué hacer si quieren el perdón?
1. El primer paso es ser o parecer “chairo”. Es decir, aplaudir todo lo que diga y haga el iluminado; defender lo indefendible y ante los más severos cuestionamientos responder con el apabullante “30 millones no se equivocan”.
2. Escribir en redes y digitales con numerosos fallos ortográficos. Es condición ser o parecer idiota. Es obligado responder las críticas con un argumento contundente: “El mesías es tu Presidente, te guste o no”.
3. Para alcanzar el perdón –votaron o no por el mesías-, obliga la defensa a ultranza de indefendibles como Manuel Bartlett. Aquí deben seguir el ejemplo de “los moneros” de La Jornada, que descubrieron que Bartlett no hizo fraude en 1988, tampoco operó el Fraude Patriótico de Chihuahua, menos el de Huejotzingo, Puebla. ¡Idiotas, Bartlett es un patriota!
4. Deben estar convencidos de que la profesora Gordillo está entre Artemisa y la Madre Teresa. Nada de que se robó dinero, y menos que hizo fraude. Pura insidia de la mafia del poder. ¡Idiotas, deben venerarla!
5. Deben entender que las televisoras ya no manipulan ciudadanos, ya no engañan y no son parciales. Hoy, Televisa, Azteca y Milenio hacen el mejor periodismo, y deben aplaudir que ya no sirven a la mafia del poder, sino al pueblo bueno. ¿Lo dudan? ¡Vieron la extraordinaria cobertura de entrega de la constancia del nuevo Presidente, insuperable culto al nuevo rey!
6. No deben caer en la difamación de que el mesías es ignorante o falible. Recuerden, 30 millones no se equivocan. Y si el mesías cambia de opinión, y hoy dice lo contrario de lo que dijo ayer, el mejor argumento es que “resulta de sabios cambiar”.
7. A la menor crítica al mesías, deben responder con el cliché de “¿por qué nunca cuestionaron a la mafia del poder?”. Es infalible.
8. Una condición –sine qua non- para el perdón es sumarse a palizas y linchamientos a periodistas y opinadores que a toda hora cuestionan al nuevo Presidente. ¡Es el nuevo Dios!
Si siguen los pasos, ganarán el perdón y un pasaporte al cielo de Morena.
Al tiempo.