Foto: Rauters Solo el gran gol de Rafinha, con control con el pecho y sombrero a Andrada incluido tras trazar una precisa pared con Luis Suárez, rescató el partido del tedio  

El Barcelona se adjudicó el Trofeo Joan Gamper tras derrotar este miércoles a Boca Juniors (3-0), en un partido con poco ritmo, más igualado de lo que reflejó el marcador y en el que Malcom, Messi y Rafinha pusieron los goles.

 

Salió Valverde con Arturo Vidal y Malcom, dos de los nuevos fichajes, en el once titular, también con Messi, con Rakitic haciendo de Sergio Busquets, el joven Miranda, de Jordi Alba, y Munir ocupando la plaza de ‘killer’ de Luis Suárez.

 

Un 4-3-3 que será, según parece, el sistema de cabecera del técnico azulgrana esta temporada, con Messi partiendo desde la derecha pero con libertad para moverse, como siempre, por todo el flanco de ataque.

 

Dominó el Barcelona en los primeros minutos, aunque no disparó a puerta hasta pasado el cuarto de hora. Coutinho, en jugada personal, puso a prueba al meta Andrade desde la frontal y, dos minutos después, Malcom recibía en banda izquierda de Messi y se estrenaba como goleador en el Camp Nou, con un disparo seco tras perfilarse el balón con la zurda.

 

Bajaron la tensión los azulgranas tras el 1-0, y empezó a aparecer Boca en campo contrario, sobre todo con las internadas de un habilidoso Villa por banda derecha.

 

Sin embargo, las dos primeras ocasiones visitantes llegaron, seguidas, a la media hora, en sendos saques de esquina. En el primero, Goltz cabeceaba a las manos de Ter Stegen y, en el segundo, el otro central ‘xeneize’, Izquierdoz, remataba, también de cabeza, pero desviado.

 

Con el equipo de Guillermo Barros Schelotto sintiéndose cada vez más cómodo en el choque, apareció Messi entre líneas buscando una pared con Munir que le acabaría devolviendo Goltz en un mal despeje, para batir con una sutil vaselina a Andrada, a seis minutos para el final de la primer mitad.

 

En la jugada siguiente, Munir robaba un balón y pudo hacer el tercero, pero esta vez Andrada estuvo atento para rechazar su disparo, primero, y el de Malcom, después, en una doble ocasión azulgrana.

 

El Barcelona seguía llegando con su fútbol intermitente, mientras Boca, aun sin Tévez y Pavón en el césped, insistía buscando el premio del gol.

 

En la última jugada antes del descanso estuvo a punto de conseguirlo. Villa acabaría uno de sus clásicos eslalons por la derecha con un tiro al palo. El rechace caería en las botas de Nández, pero Umtiti sacó en la línea de gol su disparo.

 

Valverde cambió a ocho jugadores en el entreacto y el Barcelona empezó con un equipo prácticamente nuevo la segunda mitad. Barros Schelotto se unió al rosario de cambios y el ritmo del partido decayó mucho tras la reanudación.

 

Solo el gran gol de Rafinha, con control con el pecho y sombrero a Andrada incluido tras trazar una precisa pared con Luis Suárez, rescató el partido del tedio.

 

De Boca, en cambio, apenas había noticias en este segundo acto. Solo un remate de cabeza forzado de Izquierdoz y una mano a mano de Zárate con Cillessen muy bien resuelto por el portero azulgrana y que el VAR anularía instantes después por fuera de juego del delantero visitante.

 

En la recta final, Vermaelen, que hizo volar a Andrada a la salida de un córner, y el joven Riqui Puig, que cruzó demasiado sobre la salida del arquero argentino, estuvieron a punto de hacer el cuarto para el Barça.

 

aarl