Para que el Tren Maya no eleve su costo de construcción, estimado entre 120 mil y 150 mil millones de pesos, será necesario que la mayoría de los insumos para la realización de esa obra sean nacionales y no importados, aseguran analistas.
José Luis De la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), consideró que la obra es viablemente financiera, siempre y cuando se cuente con un fuerte contenido de productos nacionales en materia de infraestructura para su construcción.
En una entrevista, el experto dijo que se cuentan con el elementos en el país como hierro, cemento, vidrio y textiles, entre otros productos, que se pueden conseguir en la nación por lo que no sería necesario importar materiales que además, podrían hacer más lento el proceso de construcción que está calculado se lleve a cabo entre dos y tres años.
Juan Antonio Gómez, académico e ingeniero de la UNAM, aseguró que el país cuenta con los recursos necesarios para la construcción de la obra, sin embargo, coincidió que en caso de que los insumos que se usen no sean nacionales, el costo podría elevarse, aunque debido a que no se conoce el plan del proyecto, no se pueden hacer los estudios necesarios.
El experto en topología, destacó que en cuanto estas estimaciones se tengan, se podrán realizar estudios de costo-beneficio para saber si es real la viabilidad del proyecto, debido a que se deben conocer los trazos de tierra (ruta del tren) por donde pasará el proyecto, en las que se toma en cuenta el costo por el suelo, que en su mayoría es federal.
De la Cruz puntualizó que se necesitará realizar las licitaciones correspondientes de la manera más transparente posible, ya que si esto no ocurre, podría pasar lo mismo que ocurrió con el tren bala de México a Querétaro de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.
Y es que dicho proyecto, que se licitó a una empresa china llamada China Railway, en diciembre de 2014 y que costaría poco más de 58 mil millones de pesos fue objeto de Investigaciones debido a la nula transparencia que existió dentro del concurso de licitación, en la que también estaban involucradas tres empresas mexicanas, Teya, GIA y Prodemex.
Incluso, trascendió que la razón por la cual se canceló este proyecto fue porque al Gobierno de Estados Unidos no vio con buenos ojos que la autoridad mexicana haya entregado a una empresa china esa mega obra.
LEG