México es referente en materia de elecciones desde hace tiempo, pero aún tiene camino por recorrer en financiamiento a campañas y fiscalización, afirmó el director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la OEA, Gerardo Antonio de Icaza Hernández.
Al ofrecer la conferencia “Retos y tendencias de las elecciones en América Latina”, expuso que en las elecciones del 1 de julio México tuvo como rubro digno de exportar la fiscalización a las campañas políticas.
En el acto organizado por Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), explicó sin embargo que el país tiene aún un camino por recorrer en el tema del financiamiento a las campañas y fiscalización de las mismas, aunque está más avanzado que la mayoría de países en la región.
Indicó que al igual que otros países de la región México dio ejemplo de buenas prácticas en las pasadas elecciones, pero también áreas de mejora que vendrán reportadas en el informe regional próximo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre el tema.
Señaló que un hecho notorio es que en México aún los comicios presentan una alta judicialización debido a la falta de diálogo entre los actores políticos. Precisó que si bien la judicialización representa un pleito menor que el que se podría dar en las calles o la violencia, al final es un pleito y un desgaste.
Al hablar sobre la región Latinoamericana, De Icaza Hernández consideró que los retos y las tendencias en materia electoral no son positivos.
Detalló que si bien se tienen en Latinoamérica procesos electorales más transparentes, rápidos y creíbles, los déficit en derechos humanos, cultura de la legalidad, Estado de derecho y combate a la corrupción han afectado su credibilidad.
Refirió que, de acuerdo con datos del Proyecto de Opinión Pública Latinoamericana, el apoyo a la democracia como forma de gobierno se colocó en la región en 57.8 por ciento entre 2016 a 2017, lo que representa nueve puntos menos que tres años atrás en 2014.
“Tenemos mejores procesos electorales, pero curiosamente eso no se ha reflejado en mayor respeto a los derechos humanos, en un equilibrio mayor de poderes, mayor cultura de la legalidad, simplemente en resultados electorales más transparentes, más rápidos y creíbles en algunos casos”, dijo.
Agregó que si bien ahora existe acceso a la información y con las redes sociales dan la impresión de mayor libertad para expresar indignación, la percepción de la eficacia de la democracia ha disminuido.
Esto podría ser resultado, añadió, de la crisis política, social y económica que vive la región, cuyos países en su mayoría tienen procesos electorales democráticos y pacíficos, los cuales no se han traducido en mejoras en derechos humanos, equilibrio de poderes y mayor cultura de la legalidad.
Insistió que si bien América Latina ha apostado a elecciones libres y creíbles para ir mejorando, los otros elementos de la democracia no han tenido éxito, salvo en que se tienen mejores elecciones.
Sobre las instituciones electorales subrayó que su fortalecimiento y de cualquier otra representa que cumplan el objetivo para el que fueron creadas y no desvíen su función.
Al comentar brevemente sobre la observación electoral abudó que ha mejorado, pero depende de quién la ejerza pues la que proviene de partidos políticos no se puede considerar imparcial.
fahl