Orcam, empresa israelí fundada en 2010, pero con un respaldo tecnológico de alrededor de 20 años, trae a México su dispositivo My Eye 2.0, el cual es una herramienta que usa tecnología de inteligencia artificial, para ayudar a las personas con problemas de visión.
Nikol Wolpert, desarrolladora de negocios de Orcam en América Latina con base en México, en una entrevista con 24 HORAS, explicó que este dispositivo, instalado en lentes, brinda independencia a personas con baja visión y ceguera.
Mencionó que esta idea nació en Israel, cuando el fundador de la compañía Mobileye, Amom Shashua, se graduaba como doctor de Ingeniería de Computación, su “tía vino y le dijo, ahora que eres doctor me vas a ayudar con el problema de mis ojos, a lo que contestó que computación y medicina no tenía mucho que ver”.
Pero desde ese entonces, comentó Wolpert, quedó el interés de ayudar a su tía y con el paso del tiempo al ver que la tecnología de Mobileye “ya estaba tan avanzada para evitar las colisiones con automóviles”, junto con su compañero Ziv Aviram, deciden abrir Orcam.
Explicó que desde 2010 a 2015 desarrollaron la tecnología a través del trabajo con personas con ceguera y discapacidad visual, y crearon un dispositivo que les sirviera y sobre todo que les diera independencia.
Fue hasta 2015 cuando ya empezaron a comercializar en Israel, Estados Unidos, Canadá y en la actualidad están en toda Europa, además de entrar al mercado de Europa del Este, Asia y en 2018 a Latinoamérica.
Para el caso de México, dijo, es un mercado que le ven gran potencial y buscan que aquí sea el punto de partida para toda América Latina. Mencionó que en los mercados que entran lo hacen a través de alianzas para hacer llegar el producto a la mayor parte de la gente.
Precisó que el costo de éste es de cuatro mil 500 dólares más impuestos (Poco más de 95 mil pesos); por ello buscan en el país con quien aliarse para una mayor distribución del producto.
Ejemplificó que en Alemania, la forma en que se financia el producto es a través de los seguros públicos; en Estados Unidos por los grupos de veteranos; en Francia, a través de los médicos, debido a que por la prescripción pueden conseguir subsidios o las aseguradoras pueden ayudar a adquirirlos y en Brasil, a través de un financiamiento bancario.
Wolpert expresó que en México están siendo creativos para buscar los canales de comercialización y distribución del producto. “Estamos intentando por todos esos canales y el mercado nos va a decir qué funciona”.
LEG