El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, debe sostener encuentros con los trabajadores y sus organizaciones sindicales, pues también tienen proyectos que se pueden aplicar para el desarrollo del país, consideró el líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), Rodolfo González Guzmán.
Señaló que la actitud que debe mantener el movimiento obrero con la próxima administración debe ser de colaboración y de participación como ocurrió, en su momento con administraciones panistas, con el objetivo de lograr que el nuevo gobierno cumpla sus metas y propuestas.
“No importa quién gobierne o qué color esté, lo que interesa es mejorar las condiciones de vida de los mexicanos y que el país crezca para generar empleos y riqueza, pues ya basta de que la pobreza siga afectando a millones de personas”, aseveró.
En entrevista con Notimex, el dirigente obrero dijo que López Obrador tiene el apoyo legítimo de más de 30 millones de mexicanos y el 53 por ciento de aceptación, por lo tanto, necesitamos apoyar las políticas sociales y económicas que beneficien a la clase trabajadora y a la sociedad en general.
Mencionó que el nuevo gobierno tiene en sus manos “una bomba de tiempo”, pues a lo largo de 30 años se han acumulado demandas sociales que no han sido atendidas, por lo que tiene la oportunidad de revertir esta situación si impulsa el mercado interno y revisa los sistemas de pensiones así como de seguridad social.
México, subrayó, puede avanzar en los próximos años si se da una verdadera vinculación entre los salarios y la productividad. Además, consideró que otro punto a revisar es la política impositiva con el fin de atraer más inversión productiva.
Destacó que la administración que entrará en funciones el 1 de diciembre enfrentará retos importantes, uno de ellos es el de las pensiones, ya que en 2022 se jubilará la primera generación con la reforma de 1997 y no tendrá una pensión digna y suficiente que le permita vivir decorosamente, porque cuando mucho percibirá el 30 por ciento de ella.
González Guzmán externó la posibilidad de que desaparezca la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, a fin de que la Cámara de Diputados establezca un mecanismo para elevar esta percepción económica. “El salario debe estar por lo menos 1.5 por ciento arriba de la inflación para recuperar de manera paulatina el poder adquisitivo de los trabajadores”.
Este ingreso, insistió, no puede estar por debajo del salario mínimo vigente, por lo cual el gobierno federal se verá obligado a ponerle el resto y eso le va a corresponder al sexenio de López Obrador.
Necesitamos, prosiguió, crear un sistema nacional de jubilaciones y pensiones donde las diferentes instituciones de seguridad social como el ISSSTE, IMSS, el Seguro Popular y otros organismos, en donde exista portabilidad para que el trabajador no pierda semanas de cotización cuando cambia de trabajo.
Hizo notar que durante la Semana de Seguridad Social que organizan tanto el Senado de la República y la Cámara de Diputados, organismos internacionales y expertos en la materia han señalado la necesidad de revisar el marco legal del sistema de pensiones del país y tener uno similar al de países como Francia o España.
Para lograr este propósito, comentó, sería necesario mejorar el salario de la clase trabajadora con el fin de que tengan una mejor pensión al momento de retirarse. “Se requiere fortalecer el sistema del ahorro voluntario pues la mayor parte de los trabajadores no ahorra”, acotó.
Es un hecho, abundó, que durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto el poder de compra de los obreros mejoro, pero no debemos echar las campanas al vuelo.
El dirigente cromista expresó que hasta el momento se han generado más de tres millones de empleos y se está a punto de llegar a la meta de cuatro millones, pero el ingreso es de dos a tres salarios mínimos.
Indicó que en el Seguro Social cotizan cerca de 20 millones de trabajadores (casi 42 por ciento) con dos salarios mínimos. Además, puntualizó, hay otros ocho millones de obreros que ganan menos de 200 pesos diarios y no pueden mejorar su percepción económica, mucho menos su pensión.
Otro de los problemas a los que se enfretará la administración de López Obrador será la de mejorar el poder de compra del salario y para lograrlo tendrá que instrumentar una nueva política fiscal que apoye a las micro, pequeña y medianas empresas que generan 70 por ciento del empleo en el país.
La mayor parte de estos negocios, dijo, no podrán pagar un aumento salarial del 100 o del 200 por ciento, para lograr ese salario de bienestar debe ser de por lo menos de 12 mil pesos mensuales para que cumpla lo que establece la Constitución.
“El ajuste salarial no lo puede decidir una persona o un gobierno, sino que tiene que ser por consenso y de manera gradual para no afectar la generación de empleos y el crecimiento económico del país”, subrayó.
Lo primero que se debe hacer, sostuvo, es revisar el sistema de impuestos ya que los patrones han encontrado la forma de evadir sus responsabilidades fiscales o en su caso no pagar lo que les corresponde, mientras los trabajadores siguen siendo los causantes cautivos.
Además, advirtió que la llamada economía subterránea no paga impuestos ni seguridad social.
González Guzmán consideró que el programa de descentralización del nuevo gobierno no será sencillo, pues costará muchos millones de pesos, pero si lo lleva a cabo con éxito y con el apoyo de los trabajadores, los habitantes de la Ciudad de México quedaran satisfechos pues habrá menos contaminación, inseguridad y una disminución considerable de tránsito.
“La hiedra de las mil cabezas, que es la corrupción y la impunidad son dos de los retos a los que se deberá enfrentar López Obrador y su equipo de colaboradores, pues los mexicanos ya están cansados de estos problemas y exigen un cambio y para lograrlo se requerirá del apoyo de todos los sectores de la sociedad”, apuntó.
Sobre la relación del sector obrero con el próximo gobierno, dijo, que debe ser de respeto pleno y que se apruebe en el Congreso de la Unión la ley secundaria en materia de justicia laboral, que terminen los contratos de protección, trabajar en la capacitación de los obreros para que ganen más salarios y al mismo tiempo mejor seguridad social.
Que las finanzas del Seguro Social sigan siendo saludables pues eso implica mejor atención a los derechohabientes, revisar las políticas públicas en materia de seguridad, para que los trabajadores dejen de ser víctimas de la delincuencia.
Sentenció que “López Obrador tiene todo el capital político para llevar a cabo todos sus proyectos y realizar el cambio que quiere para el país”.
Afirmó que el movimiento obrero va a aprovechar la coyuntura para reorganizarse y será tomado en cuenta por las nuevas autoridades federales, para que el país salga adelante. “Se requieren inversiones y mano de obra para alcanzar las metas que se ha fijado la nueva administración”, dijo.
Las nuevas autoridades laborales deberán ser respetuosas de los trabajadores y de sus organizaciones sindicales. “Todos debemos actuar dentro del marco de la ley”, enfatizó.
Hizo notar que la próxima titular de la Secretaría del Trabajo puede tener alguna preferencia por las organizaciones sindicales de izquierda, pero debe respetar a las demás centrales obreras así como sus estatutos y vida interna, con el fin de mantener la paz laboral en el país.
aarl