RÍO DE JANEIRO. Las autoridades brasileñas expulsaron a grupos de cazadores que invadieron el Vale do Javari, una inmensa reserva en la Amazonía que alberga al menos once pueblos indígenas nunca contactados por la civilización, el mayor número del país y tal vez del mundo, informaron hoy fuentes oficiales.
Los cazadores fueron sorprendidos en una expedición realizada por integrantes de la gubernamental Fundación Nacional del Indio (Funai) entre el 16 de julio y el 1 de agosto y en la que fue posible grabar, con la ayuda de drones, imágenes de una aldea de uno de esos pueblos no contactados, informó el organismo en un comunicado.
Las imágenes, que muestran un grupo de al menos 16 personas asentado alrededor de una plantación de mandioca en medio de la selva, fueron divulgadas la víspera por la Funai, que hoy aclaró en un comunicado que fueron hechas durante su última expedición para expulsar invasores del Vale de Javari.
De acuerdo con el organismo indigenista, en la expedición no sólo fue posible constatar evidencias de indios aislados en una región de la Amazonía próxima a la frontera de Brasil con Perú sino también la presencia de cazadores y de otras amenazas para estos pueblos.
Los expedicionarios recorrieron 180 kilómetros por río y otros 120 kilómetros a pie en medio de la selva para fiscalizar áreas próximas a los ríos Jutaí y Juruazinho, ubicados en la región suroeste del estado de Amazonas.
La expedición formó parte del proyecto de Vigilancia de la Presencia de Indios Aislados en el Río Juruazinho, con el que la Funai fiscaliza el Vale do Javari sin entrar en contacto con los pueblos nunca contactados.
El río Juruazinho es la frontera entre las reservas indígenas Vale do Javari y Mawetek. La segunda es exclusiva de la etnia Kanamari mientras que la primera, una de las mayores tierras indígenas de Brasil, la habitan 6 etnias contactadas y unas 16 no contactadas, de las que se tiene confirmación de once.
La expedición contó con la participación de agentes de Policía y la colaboración de indios Kanamari, los que mejor conocen la región y habitualmente son usados como guías.
Según la Funai, el equipo halló pruebas de la presencia asidua de grupos de cazadores en diferentes afluentes del río Juruazinho y sorprendió a algunos.
“Dos grupos de cazadores fueron sorprendidos en flagrante por crímenes ambientales por lo que los fiscales realizaron algunas aprehensiones y liberaron animales vivos que habían sido atrapados”, según el comunicado.
Los fiscales también impidieron que un hacendado se apropiara ilegalmente de parte de la reserva Mawetek y obligaron a otros dos a retirar rebaños de reses que pretendían llevar a pastar en tierras indígenas, agregó la Funai.
“Esta fue nuestra tercera expedición en la región en menos de un año. También hicimos dos sobrevuelos en el período. La fiscalización tiene que ser intensificada en la región para reprimir la acción de infractores en el territorio indígena”, aseguró el coordinador de los fiscales de la Funai en la región, Vitor Góis, citado en el comunicado.
La Funai igualmente explicó que viene usando drones en sus expediciones en la región para poder vigilar a los pueblos aislados sin necesidad de una aproximación que los pueda poner en peligro por la posible transmisión de enfermedades.
JMSJ