Durante décadas, los periodistas mexicanos dieron una feroz batalla contra el autoritarismo de los gobiernos del PRI y contra la domesticación de los medios; prensa, radio y televisión.

La batalla la encabezaron Julio Scherer García, Manuel Becerra Acosta y Carlos Payan, entre muchos otros. Sin embargo, décadas después de esas batallas históricas, los herederos de esos periodistas ejemplares –hoy militantes de Morena–, son los principales impulsores y aplaudidores de la muerte de la prensa Libre.. ¿Por qué?

Porque, por ejemplo, Julio Scherer Ibarra –hijo de Julio Scherer García–, es el principal promotor de la censura y la represión contra críticos del gobierno autócrata del Presidente López, en tanto los herederos del diario La Jornada y del fundador de unomásuno guardan silencio de complicidad contra la represión y la censura. ¿Lo dudan?

¿Qué han dicho hoy –por ejemplo–, Proceso, La Jornada y los herederos de los diarios emblema de la represión y persecución periodística emprendidas por Luis Echeverría Y José López Portillo? Todos han callado, temerosos de la represión del gobierno autócrata del Presidente López; temerosos de perder su empleo.

¿Qué han dicho directivos y periodistas de Proceso, La Jornada y los herederos de unomásuno, cuando López Obrador ofendió a los medios, a los periodistas y a las empresas al anunciar a otro periodista emblema de Tabasco –Chuy Sibilla, quien no fue capaz de hacer un solo cuestionamiento crítico–, que el Presidente López “procurará el regreso a la radio de José Gutiérrez Vivó y de Carmen Aristegui”. ¿Debe el presidente “procurar el empleo de su prensa aplaudidora? Los mariachis callaron.

La respuesta fue el silencio de complicidad de medios y periodistas.

¿Qué dijeron directivos de La Jornada, Proceso y herederos de unomásuno, cuando AMLO elogió a los periodistas “bienportados”? Dijo Obrador: “Muy bien ayer, ¿eh?… o sea , muy bien como buenos periodistas, no, de veras, no les estoy haciendo la barba… porque eran tres grupos de informadores, de fuentes y la verdad no es para picar la cresta a nadie, no quiero generar celos ni sentimientos, pero estuvieron muy bien ustedes…”.

Es decir, AMLO quiere y aplaude a los periodistas militantes y rechaza a la prensa independiente y crítica. ¿Qué dirían de ese autoritarismo, Julio Sherer García, Manuel Becerra Acosta y Carlos Payán? De nueva cuenta la respuesta de los herederos fue la claudicación y la sumisión. No sea que pierdan el empleo. ¿Qué dirían al descubrir que Julio Scherer Ibarra pidió la expulsión del diario Excélsior del articulista Jesús Ortega, dueño del PRD?

¿Y qué dijeron cuando Obrador anunció el fin de las oficinas de Comunicación Social y que su persona concentrará toda la información del gobierno? El autoritarismo al extremo superlativo

Resulta que con el cuento de la austeridad, el presidente López decretó la muerte de una de las libertades fundamentales; la de estar informado. Y todos callaron. ¡La dictadura que viene!

Al tiempo.