Altos funcionarios de la ONU deploraron la nueva ofensiva de la coalición liderada por Arabia Saudita en Yemen, que el jueves causó la muerte de 26 niños y cuatro mujeres, apenas dos semanas después de otra masacre que causó la muerte a 29 menores.
El coordinador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Ayuda Humanitaria, Mark Lowcock, precisó en un comunicado que al ataque aéreo fue lanzado cuando civiles huían de los combates en el distrito de Al-Durayhimi, en la provincia de Hudaydah.
“Esta es la segunda vez en dos semanas que un ataque aéreo de la coalición liderada por Arabia Saudita ha provocado docenas de víctimas civiles. Un ataque aéreo adicional en Al Durayhimi el jueves resultó en la muerte de cuatro niños”, señaló Lowcock.
El funcionario respaldó la solicitud del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que pidió, tras los ataques de principios de mes, que se lleve a cabo una investigación imparcial, independiente y expedita que incluya también incidentes más recientes.
Lowcock manifestó su preocupación de que los ataques de la coalición, que opera con apoyo de Estados Unidos, se realicen muy cerca de sitios considerados como humanitarios, incluidos centros de salud e infraestructura de agua y saneamiento.
“Las partes en el conflicto deben respetar sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario y quienes tienen influencia sobre ellas deben garantizar que se haga todo lo posible para proteger a los civiles”, aseveró Lowcock.
De acuerdo con la ONU, Yemen es la operación humanitaria más grande del mundo, con tres de cada cuatro yemeníes con necesidad de asistencia. En 2018, la ONU y sus socios han podido atender a más de ocho millones de personas con asistencia directa.
La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Henrietta Fore, declaró que tuvo la “esperanza de que la indignación que siguió al ataque de Saada, en Yemen, hace dos semanas fuera un punto de inflexión en el conflicto. Los ataques de ayer (jueves) en Al-Durayhimi, que mataron a 26 niños, indican que no fue así”.
Fore reiteró su llamado a las partes en conflicto, a aquellos que tienen influencia sobre ellos, al Consejo de Seguridad de la ONU y a la comunidad internacional para que tomen medidas y pongan fin a la guerra de una vez por todas.
La reciente masacre en Yemen sucedió apenas un día antes de que el grupo civil Human Rights Watch (HRW) emitiera un informe que concluyó que las investigaciones llevadas a cabo por la coalición dirigida por Arabia Saudita sobre presuntos crímenes de guerra en Yemen carecen de credibilidad.
Titulado “Ocultos tras la coalición: fracaso en investigar de manera creíble y proporcionar reparación por ataques ilegales en Yemen”, el informe analizó el trabajo del organismo de investigación de la coalición, el Equipo Conjunto de Evaluación de Incidentes (JIAT), en los últimos dos años.
HRW resaltó que el JIAT no ha cumplido con los estándares internacionales en materia de transparencia, imparcialidad e independencia, y que incluso ha fracasado en ofrecer compensaciones a las víctimas de la coalición.
“Durante más de dos años, la coalición ha afirmado que JIAT estaba investigando de forma creíble los ataques aéreos presuntamente ilegales, pero los investigadores estaban haciendo poco más que encubrir los crímenes de guerra”, manifestó Sarah Leah Whitson, directora para Oriente Medio de HRW.
Whitson aseveró que los gobiernos que venden armas a Arabia Saudita, que además de Estados Unidos incluyen a Francia y Reino Unido, “deben reconocer que las falsas investigaciones de la coalición no los protegen de ser cómplices de las violaciones graves en Yemen”.
HRW indicó que la gran mayoría de las investigaciones del JIAT concluyeron que la coalición actuó legalmente, no llevó a cabo el ataque denunciado o cometió un error “involuntario”.
Desde el 31 de julio de 2018, JIAT recomendó que la coalición emprendiera nuevas investigaciones o medidas disciplinarias en sólo dos de aproximadamente 75 reportes públicos.
“El fracaso del organismo de investigación de la coalición para llevar a cabo investigaciones creíbles y tomar medidas apropiadas refuerza la urgencia de que los miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU renueven y fortalezcan su propia investigación”, enfatizó Whitson.
DAMG