La organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad presentó el reporte “El déficit meritocrático“, del investigador Julio Ríos, en el que se destaca que el nepotismo institucional y las redes familiares son una realidad innegable en el Poder Judicial de la Federación.
El estudio señala que 51% de los jueces de distrito o magistrados de circuito tienen al menos una familiar laborando en el poder judicial. El 87% de los cargos que tienen los parientes consanguíneos de jueces y magistrados tienen filtros meritocráticos muy bajos.
En el Poder Judicial sólo dos puestos se obtienen por concurso de oposición y exámenes complejos, el de Juez de Distrito y Magistrado de Circuito, .
Entre 1995 y 2016, 87% de los concursos fueron convocatorias cerradas (en las que sólo podían inscribirse personas que ya laboraban en el Poder Judicial), excluyendo a profesores, académicos y abogados litigantes.
En conferencia de prensa en Casa Lamm, Julio Ríos resaltó que “contratar familiares sin pasar por adecuados filtros meritocráticos puede tener efectos negativos en la impartición de justicia como el interferir en el procesamiento de los casos y en el sentido de las sentencias; generar favores y complicidades indebidas; minar la motivación de quienes ven que las conexiones, y no el mérito, es lo determinante para el desarrollo profesional”.
A 25 años de la creación del Consejo de la Judicatura, el Poder Judicial tiene dos grandes retos que se resumen en un importante déficit meritocrático: la perpetuación de redes familiares en sus interior y una carrera judicial incompleta y una falta total de una carrera administrativa.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad recomienda: transparentar conflicto de interés, procesos y requisitos de promoción y sanción; crear una carrera administrativa y fortalecer la carrera judicial.
GAC