En las pasadas siete rondas de negociación del TLCAN, luego en la cumbre del Grupo de los Siete (G-7) y ayer con el anuncio de entendimiento comercial con México, Donald Trump puso en el ojo de su desacuerdo con Canadá su sistema de control de suministro en lácteos.
Se prevé que el tema sea crucial para lograr un entendimiento comercial Estados Unidos-Canadá esta semana que permita firmar un renovado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El sistema canadiense de control de suministros permite revisar a través de un sistema de cuotas la producción, la importación y el precio de los productos lácteos como leche y huevos.
Por ejemplo, dentro de la cuota permitida, la tarifa a la leche importada es de 7.5 por ciento, pero por encima de la cuota la tarifa sube a 241 por ciento. Otras tasas de exceso de cuota incluyen polvo lácteo mezclado y tienen una tarifa de 270 por ciento.
Sin embargo, pese a las tarifas de importación, autoridades canadienses afirman que Estados Unidos goza de un superávit en este sector.
De acuerdo con la Comisión Canadiense de las Lecherías y las estadísticas públicas del gobierno canadiense, Canadá importó casi mil millones de dólares en productos lácteos y tuvo un déficit comercial de casi 735 millones de dólares.
En ese mismo año las dos terceras partes de esas importaciones vinieron de Estados Unidos (557 millones de dólares) y Washington tuvo un superávit comercial neto con Canadá de 445 millones de dólares, según cifras oficiales.
Algunos analistas señalan que los granjeros estadunidenses hubieran podido vender más de sus productos lácteos a Canadá dentro del Acuerdo Global y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) del que Estados Unidos decidió salirse, quedando sólo 11 naciones de la costa del Pacífico.
“Canadá sabía que el precio de entrar al CPTPP era hacer alguna concesión en lácteos”, afirmó Bob Wolfe, profesor de Queen´s University.
Dentro del CPTPP Canadá creó 20 nuevos contingentes arancelarios (TRQs) que permiten la importación gradual de cantidades limitadas de productos lácteos, aves de corral y huevos, se implementarán gradualmente entre 11 y 19 años.
No obstante, no todos los productos lácteos podrían ser importados desde los países de Asia Pacífico, como la leche fresca o el cartón de huevos.
“Cuando se negoció el CPTPP, Canadá sabía que al incrementar la cuota de los productos más perecederos y administrados por el control de suministro iba a ser ocupado únicamente por agricultores estadunidenses a corta distancia de los principales mercados canadienses, como el suroeste de Ontario”, agregó Wolfe.
Esta concesión representa cerca del 3.25 por ciento del mercado canadiense. Los granjeros canadienses ya están demandando apoyo gubernamental para adaptarse a esta medida.
El sistema canadiense de control de suministro en lácteos ha sido señalado como el “talón de Aquiles” en la relación comercial bilateral.
En las primeras rondas de renegociación Estados Unidos pedía a Canadá que concediera diez veces más de lo que había cedido en comercio de leche en el CPTPP y que en un lapso de diez años terminara con su control de suministro, lo cual fue rechazado por los negociadores canadienses.
En Estados Unidos, al no contar con un sistema de control de producción de leche el problema ha sido la sobreproducción, por lo que requiere de exportarla. México incluyó a la leche estadunidense dentro de la lista de productos a los que impuso tarifas como medida retaliatoria por las tarifas estadunidenses al acero y aluminio.
Quitar el sistema de suministro significaría una pérdida de 25 a 30 mil millones de dólares en el valor de las cuotas, dijo Wolfe.
Luego de que los granjeros protestaron con sus vacas en Ottawa frente al Parlamento federal por la concesión en el CPTPP en este sector en 2015, el primer ministro Justin Trudeau emitió un mensaje en julio de este año en donde les prometió que en la mesa del TLCAN protegería y defendería el control de suministro.
Al respecto, el secretario estadunidense de Agricultura, Sonny Perdue, aclaró en junio que “Estados Unidos no trata de hacer que Canadá abandone su sistema de administración de suministros”.
aarl