En 2017 los recursos de los 10 mexicanos más ricos equivalían al total de ingresos del 50% de los más pobres, es decir, de casi 60 millones de personas. Mientras en el 2002 la fortuna de los cuatro mexicanos más ricos representaba el 2% del producto interno bruto (PIB), para el 2014 ascendió al 9%, dijo el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, al presentar el informe: “La ineficacia de la desigualdad”.
El reporte que fue elaborado por la Comisión Nacional Económica para América Latina (CEPLA) y en el que se analizan y miden los efectos de la falta de acceso a la salud, la educación, los ingresos y la discriminación por género o condición étnico-racial en una de las regiones más desiguales del mundo.
El rector de la máxima casa de estudios afirmó que el documento refleja la lacerante inequidad, que es como un monstruo que se alimenta a sí mismo, “y si no la combatimos, nos destruirá por su propia ineficiencia”.
“Al crecer la pobreza y acrecentarse la brecha de desigualdad, las oportunidades escasean, la desesperanza crece; se generan tensiones sociales y con ello inseguridad. La cultura del privilegio alimenta la corrupción y las carencias de los satisfactores sociales conllevan a un deterioro ambiental”, aseveró Graue.
En el auditorio “Maestro Jesús Silva Herzog”, del posgrado de la Facultad de Economía, Alicia Bárcena explicó que el documento propone una nueva generación de políticas fiscales con énfasis en el gasto público, pero, sobre todo, en el combate a la evasión fiscal y los fondos ilícitos.
fahl