¿Hacia dónde va la propuesta educativa del próximo Gobierno?

Ayer comenzaron en Chiapas los foros con los cuales la administración de Andrés Manuel López Obrador pretende definir lo que será su contrarreforma educativa.

No conocemos nada de lo que pretende ser la nueva era de la educación en México, pero sí lo que López Obrador cree que no debió aprobarse en el gobierno de Peña.

Lo que la reforma peñista destacó –y en la que la inmensa mayoría estuvimos de acuerdo- fue la erradicación de que las plazas de profesores se pudieran heredar a un familiar, aunque éste ni siquiera fuera maestro.

Otra de las prácticas que se terminaron fue la venta de plazas y el hecho de que las promociones ya no obedecieran a compadrazgos o a filias y fobias, sino a un examen de promoción.

Básicamente, la reforma educativa de Peña fue administrativa, y poco tocó los contenidos de los libros de texto.
López Obrador se comprometió a derogar la reforma peñista, pero no ha ofrecido cuál será el modelo educativo en su administración.

Dice el futuro Presidente “que no se tomó en cuenta la opinión de los profesores’’ en la redacción de la ley que agoniza, pero tanto el sindicato –que hoy se convirtió al lopezobradorismo- como los legisladores surgidos del SNTE la aprobaron.

Ahí están los videos de las votaciones.

No sabemos si el tabasqueño derogará toda la ley o sólo algunas partes, las que considera coercitivas por atentar “contra los derechos laborales’’ de la comunidad magisterial, pero si su lema en contra de la corrupción y a favor de la transparencia es auténtico, deberá preservar las evaluaciones tanto para ingresar formalmente a la enseñanza y para promociones y evitar que vuelvan las prácticas corruptas de heredar o vender plazas.

Eso también ha impedido que México tenga una educación de calidad.

Ojalá que la contrarreforma de López Obrador no sea laboral y que aborde, ahora sí, los contenidos y métodos de enseñanza tan atrasados en nuestro país.

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Sorprendió a muchos que el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, encabezara una marcha de los mezcaleros de su estado… en la Ciudad de México.
Murat marchó con los mezcaleros oaxaqueños en protesta porque el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) se ha dedicado a repartir certificados de denominación de origen a ¡20 estados! supuestamente productores de mezcal.
Estos certificados, según el oaxaqueño, se concedieron sin tomar en cuenta los requisitos que se necesitan y bajo una sombra de dudosa discrecionalidad.
Ahora corresponderá al secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, negociar con los enojados mezcaleros de Oaxaca.
Total, si pudo sacarle a Donald Trump un acuerdo –haiga sido como haiga sido-, también será capaz de negociar con Murat y compañía.

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Fueron 498 diputados los que se registraron ayer, que venció el plazo para hacerlo.
Dos legisladores electos no lo hicieron: uno de Morena, de Yucatán, por estar hospitalizado.
El otro fue el muy conocido dueño del Verde Ecologista, Jorge Emilio González Martínez, a quien seguramente se le fue el avión.
O fue eso o es que, parodiando a otro connotado diputado de Morena, 74 mil pesos mensuales se le hicieron poco.
Eso es lo que se gasta en una party.