Foto: EFE La posibilidad de distribuir turnos para limitar la entrada de venezolanos fue sugerida por el senador Romero Jucá  

El presidente de Brasil, Michel Temer, afirmó hoy que el Gobierno evalúa limitar la entrada de inmigrantes venezolanos al país, pero negó el cierre de la frontera con Venezuela, un día después de activar a las Fuerzas Armadas, que movilizará a 3.200 soldados para reforzar la seguridad en la región.

 

El gobernante indicó en una entrevista que tal vez sea necesario controlar el flujo migratorio que soporta Roraima, estado brasileño fronterizo con Venezuela y uno de los más pobres de Brasil, con el fin de ofrecer una mejor atención a los que llegan.

 

“Otra medida que tal vez tenga que ser adoptada y de la que conversamos ayer es la posibilidad de distribuir turnos para que entren por día unas 100, 150 o 200 personas y organizar un poco más esas entradas”, expresó Temer, cuyo mandato expira el 1 de enero.

 

No obstante, la Secretaría de la Comunicación Social de la Presidencia aclaró después en una nota oficial que esa “posibilidad” manifestada por el mandatario no puede ser confundida, en “ninguna hipótesis”, “con el cierre a la entrada” de ciudadanos de la nación caribeña.

 

Los comentarios de Temer llegan un día después de que firmara un decreto en el que autorizó el uso de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la frontera con Venezuela, escenario, hace dos semanas, de actos vandálicos de parte de la población local contra campamentos de inmigrantes venezolanos.

 

En esas protestas violentas, los vecinos de la localidad de Pacaraima, en Roraima y único paso fronterizo entre Brasil y Venezuela, quemaron tiendas de campaña y objetos personales de algunos inmigrantes venezolanos.

 

Unos 3.200 soldados del Ejército brasileño reforzarán la seguridad en Roraima, informó hoy el ministro de Defensa, general Joaquim Silva e Luna.

 

Algunos de esos militares ya actuaban en la zona a través de la “Operación Acogida”, de carácter humanitario y que atiende a los venezolanos que huyen de la crisis política, económica y social de su país y piden residencia o refugio en Brasil.

 

Sin embargo, con el nuevo decreto que se extenderá hasta el 12 de septiembre, con la posibilidad de prorrogarlo, las Fuerzas Armadas podrán actuar también en operativos relacionadas con la seguridad.

 

La tensión vivida en Pacaraima provocó que al menos 1.200 venezolanos decidieran regresar a su país y que el Gobierno brasileño reforzara las medidas humanitarias ya puestas en marcha meses atrás.

 

Las autoridades brasileñas estiman que desde 2017 han ingresado al país cerca de 130.000 venezolanos, si bien un 60-70 % ya ha abandonado el territorio nacional.

 

Temer afirmó que el éxodo de venezolanos podría ser reducido si el presidente Nicolás Maduro aceptara la ayuda humanitaria ofrecida por Brasil.

 

Según el presidente, Brasil ofreció hace más de un año alimentos y medicinas para distribuir a la población venezolana y detener el flujo migratorio pero el Gobierno de Maduro los rechazó.

 

El éxodo de venezolanos, que afecta de manera más notable a otros países de Latinoamérica como Colombia o Perú, ha aumentado en los últimos meses en Brasil, donde “actualmente entran entre 700 y 800 venezolanos por día”, según Temer.

 

La mayoría de aquellos que decidieron quedarse en Brasil se han establecido en Roraima, donde el Ejecutivo ha construido una decena de albergues y ha desplegado esa operación humanitaria.

 

También ha impulsado el llamado “proceso de interiorización”, a través del cual los traslada a otras ciudades del país para facilitar su integración y disminuir la presión sobre Roraima, cuyos servicios públicos se han visto desbordados.

 

Sin embargo, el Gobierno regional de Roraima considera estas medidas insuficientes y ha solicitado en repetidas ocasiones el cierre temporal de la frontera, medida negada con anterioridad por la Justicia y rechazada hoy de nuevo por el Ejecutivo.

 

La crisis migratoria en Roraima se produce además en plena campaña electoral de cara a las elecciones del próximo 7 de octubre, en las que se elegirá nuevo presidente, gobernadores y se renovarán parte de las cámaras legislativas.

 

La posibilidad de distribuir turnos para limitar la entrada de venezolanos fue sugerida por el senador Romero Jucá, un importante aliado y correligionario de Temer, que buscará la reelección, pero al que los sondeos no le dan muchas esperanzas de victoria.

 

Jucá, que esta semana renunció a ser portavoz del Gobierno en la Cámara Alta por sus divergencias con la política de Temer sobre el éxodo venezolano, se posiciona en las encuestas detrás de otros dos candidatos que defienden precisamente el cierre de la frontera.

 

aarl