VIENA.- Irán sigue cumpliendo con todas las limitaciones impuestas a su programa nuclear, establecidas en el acuerdo de 2015, pese a las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos, que abandonó el tratado en mayo pasado, informó hoy el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En un informe trimestral reservado, al que EFE tuvo acceso, los inspectores del OIEA, la agencia nuclear de la ONU, confirman que la producción y el almacenamiento de uranio enriquecido y de agua pesada, así como el acceso a las instalaciones atómicas en Irán, se corresponden con lo establecido en el acuerdo, firmado entonces con seis grandes potencias.
Según el llamado Plan Conjunto de Acción (JCPOA, en sus siglas en inglés), Irán tiene prohibido contar con más de 130 toneladas de agua pesada, así como más de 300 kilos de uranio enriquecido, con una pureza siempre inferior al 3,67%.
Además, Teherán debe conceder pleno acceso a los inspectores del OIEA, lo que sigue siendo el caso, cuatro meses después de que Estados Unidos se retirara unilateralmente del JCPOA.
En lo que se refiere a medidas de transparencia, el OIEA confirma que ha seguido recogiendo datos mediante mecanismos de seguimiento a distancia y que Irán está facilitando la estancia de los inspectores internacionales en el país y su trabajo de control.
Irán aplica (sin ratificarlo) el llamado “protocolo adicional” del Tratado de No Proliferación nuclear (TNP), que permite inspecciones sin aviso previo en cualquier instalación que los expertos del OIEA deseen ver.
En ese sentido, los expertos del OIEA elogian explícitamente la cooperación iraní, que califican de “puntual y activa”, y que “está facilitando la aplicación del protocolo adicional y mejora la confianza”.
En su anterior informe, emitido el pasado 24 de mayo, el OIEA exigió precisamente una mayor cooperación de Teherán.
Un diplomático conocedor de la investigación nuclear en ese país explicó hoy en Viena que en aquel momento “se quería mandar un mensaje a Irán” y todo indica ahora que “el mensaje a llegado”.
Los inspectores “quieren recordar a Irán que no hay problemas ahora, pero que siempre puede haberlos”, agregó la fuente.
En términos generales, el OIEA insiste en su texto en que Irán sigue cumpliendo todo los aspectos nucleares del acuerdo firmado en 2015 con Alemania, China, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Rusia, que impone limitaciones por un periodo de entre 10 y 25 años a su programa atómico.
“Irán no ha enriquecido uranio por encima del 3,67%” de pureza, señala el OIEA, un nivel en el que este combustible atómico sólo puede ser empleado para aplicaciones civiles, y no militares.
Con todo, Irán sí ha aumentado sus reservas de agua pesada, desde 123,3 toneladas el pasado 14 de mayo a 139,4 el 18 de agosto.
Pese a la leve subida, el diplomático consultado hoy explicó que se trata de un incremento por “razones técnicas”, mientras que la producción de uranio enriquecido “se mantiene al mismo ritmo”.
El agua pesada se produce en la central de Arak, donde Irán tenía planeado construir un reactor con la capacidad de generar plutonio, un material susceptible de alimentar armas atómicas, pero cuyas obras siguen paralizadas
Las 122,9 toneladas de uranio almacenadas por Irán siguen estado por debajo de las 130 que el JCPOA establece como límite, aunque las reservas han subido ligeramente, desde las 120,3 toneladas registradas el pasado 6 de mayo.
Además, el OIEA señala que el Gobierno de Teherán mantiene limitado el número de centrifugadoras activas, la maquinaria que se emplea en el enriquecimiento de uranio.
GAC