El presidente Enrique Peña Nieto señaló que a lo largo de sus casi seis años de gobierno se trabajó para liberar el potencial de la economía, impulsar el crecimiento, así como la generación de empleo a lo largo y ancho del país.
“Sin estabilidad económica no hay desarrollo posible. Manejo inadecuado de las finanzas públicas puede derrumbar en días lo construido en décadas”, afirmó en su mensaje con motivo del Sexto y último Informe de Gobierno, en Palacio Nacional.
Resaltó que su gobierno trazó una hoja de ruta clara a partir de tres ejes: consolidar la estabilidad macroeconómica, elevar la productividad y la competitividad de la economía, así como promover un desarrollo regional más equilibrado.
El jefe del Ejecutivo indicó que velar por la estabilidad económica es una de las responsabilidades más importantes y complejas de quien encabeza el gobierno, pues un manejo inadecuado de las finanzas puede derrumbar en días lo construido en décadas.
Así, “se privilegió por encima de cualquier otra prioridad económica la estabilidad, lo que implicó tomar decisiones difíciles e impopulares, pero necesarias, como realizar una reforma hacendaria para reducir la dependencia fiscal en los ingresos petroleros”.
O bien, eliminar el subsidio a la gasolina, que favorecía a las personas de mayores ingresos a costa de programas que benefician a millones de mexicanos.
Señaló que la combinación de estabilidad, reformas estructurales e impulso regional ha generado una ambiente propicio para el desarrollo económico, pues dijo que “no es casualidad que la economía de México haya tenido un crecimiento anual positivo en cada uno de los 22 trimestres de la administración”.
Además, ésta es la primera vez que esto ocurre en cuatro sexenios y como lo confirman las cifras de la actual administración, “éste es el sexenio del empleo y de la recuperación en el salario mínimo. Éste es el sexenio del turismo y de la inversión extranjera, directa, de la infraestructura, la exportación de alimentos y manifacturas”, entre otros.
Peña Nieto observó que las reformas estructurales en materia económica removieron barreras legales e institucionales que representaban un obstáculo en la productividad y competitividad, generando mejores condiciones para la innovación, la inversión y el desarrollo económico.
Resaltó que aun cuando el verdadero alcance de las reformas será más evidente en los próximos años, ya empiezan a producir resultados tangibles, pues han abierto nuevas oportunidades económicas en sectores fundamentales como el energético y el de telecomunicaciones.
Esa situación, acotó, ha generado mayor empleo, más competencia y menores precios para los consumidores.
El presidente Enrique Peña Nieto fue claro al señalar que para impulsar un desarrollo más equilibrado se detonó una fuerte inversión en infraestructura, se renovaron las políticas de fomento turístico y agropecuario y se crearon las nuevas zonas económicas especiales.
De esta manera, indicó, se ampliaron las redes carreteras, portuarias, aeroportuarias, eléctricas, de gasoductos y telecomunicaciones, a fin de detonar las vocaciones productivas de cada región y entidad federativa.
Recordó que la misma visión de desarrollo regional fue la que le llevó a asumir, durante su campaña presidencial, los 166 compromisos firmados ante notario público, mismos que al concluir su administración tendrán un cumplimiento del 97 por ciento.
JMSJ