El PRI, el PAN y lo que queda del PRD supieron, el pasado día primero del mes, lo que es ser oposición, ser aplastados por una mayoría que supuestamente no los iba a ningunear.
Durante el posicionamiento de los grupos parlamentarios previo a la entrega del Sexto y último Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto, la mayoría de Morena y sus aliados no dejaron dudas de que, pese a las promesas, el poder es el poder.
No augura nada bueno para esos tres partidos la actual legislatura.
Con temas pendientes tan importantes como el nombramiento del fiscal general, el fiscal Anticorrupción, la desaparición del fuero constitucional, el Mando Único Policial y otros más, no hay posibilidad alguna de que las fuerzas unidas del PRI, PAN y PRD en las Cámaras pueda realmente representar una oposición a los designios de Morena y su líder.
El PRI, parodiando la cabeza de aquella famosa nota de un diario estadounidense, “no entiende que no entiende’’.
En plena fiesta de la “austeridad republicana’’, al menos en el discurso, a las hijas del presidente Peña se les ocurre invitar a un tatuador de fama mundial a ¡Los Pinos! para que las señoritas se hicieran unos mínimos tatuajes.
Es cierto que cada quien puede hacer con su cuerpo lo que le convenga, pero exhibir en las redes sociales la visita a la casa presidencial del personaje en cuestión –nada barato, por cierto-, sólo es comparable al error de haber subido a la comitiva de Peña al maquillista oficial de la señora esposa en una gira por China.
Con hechos como el anterior, ¿quién podría defender al PRI en la tribuna de los diputados sin arriesgarse a una rechifla, por lo menos?
Eso le pasó a Claudia Ruiz Massieu, legisladora y presidenta del PRI que tuvo que tragar gordo durante la lectura del posicionamiento de su partido.
Los discursos del PAN y del PRD, por mínimos, pasaron desapercibidos.
Lo que no pasó de noche fue la aplanadora que ya se dejó sentir en ambas cámaras.
¿Negociar? ¿Para qué cuando se tiene la mayoría simple y se está a unos cuantos votos de la mayoría calificada?
PRI, PAN y PRD, en principio, debieron comerse completito el programa de austeridad que les impuso Morena, estuvieran o no de acuerdo, simplemente porque son minoría.
Nos espera, por lo poco que se ha visto hasta hoy, un Congreso similar al de los 70.
Y muchos creen que “será para bien” (?).
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Mucho tendrán que hilar, y muy fino, los coordinadores parlamentarios de Morena en el Senado y la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal y Mario Delgado para controlar a tanto legislador que quiere alguna presidencia o secretaría de Comisión.
Quién sabe qué encanto tendrán dichas posiciones si ya el partido mayoritario anunció que se reducirán drásticamente los recursos que se destinaban anualmente a las famosas comisiones legislativas.
Algo queda, sin embargo, para que, por ejemplo, en el Senado, los morenistas Américo Villarreal –hijo del ex gobernador del PRI del mismo nombre- y Miguel Ángel Navarro, ex perredista, ex candidato a gobernador de Nayarit, se disputen la presidencia de la Comisión de Salud.
Y así por el estilo en todas las demás.
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Hoy el último mensaje presidencial de Peña en Palacio, justo a la hora de la prueba de altavoces de la alerta sísmica.
¿Casualidad o destino?