Las siglas partidarias no deben anteponerse, jamás, por encima de los mexicanos. Debemos, todos aquellos que tenemos un cargo público, tener claro que nuestro trabajo es por México, y no por bien personal ni del partido al que representamos.

Por eso lo digo y repito: si al Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, le va bien, al pueblo le irá bien.

Parafraseo a nuestro próximo Presidente: “Que haya armonía, que no haya pleitos. Se necesita la reconciliación nacional para sacar adelante a México”.

Refrendo mi compromiso con todos los mexicanos asumiendo con responsabilidad el cargo que se me ha conferido como diputado federal de la LXIV Legislatura.

Trabajaré de la mano con López Obrador y con la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum. Eso hace un demócrata, un hombre formado en las instituciones, uno que se preocupa por el beneficio de la gente, por hacer de México el que el pueblo se merece.

Dejemos de lado los intereses políticos y personales, por encima de ellos deben prevalecer los de la gente, ésa que el 1 de julio dio su voto de confianza no sólo a Morena, sino a los demás partidos políticos.

Es claro que los retos que se avecinan son muy grandes y complejos, y necesitan de la participación de todos en el ámbito que a cada quien corresponda.

Hagamos que exista un equilibrio democrático entre los poderes, actuemos a la altura de las circunstancias, con una visión de Estado para lograr hacer frente a la molestia social.