El sismo de 6.7 grados que sacudió hoy la septentrional isla japonesa de Hokkaido destruyó varias carreteras y causó una serie de derrumbes, que han dejado al menos nueve muertos, unos 30 desaparecidos y más de 300 heridos.
Las autoridades locales publicaron esta noche (tiempo local), el balance preliminar del temblor que sacudió este jueves a primera hora la principal isla de Japón, días después de que un poderoso tifón azotara el oeste del país, provocando la muerte de 11 personas y al menos 400 heridos.
Hasta las 17:00 horas locales (08:00 GMT), la Policía, los servicios de rescate y las autoridades locales tenían contabilizados por el sismo nueve fallecidos y más de 300 heridos por la destrucción de viviendas y una serie de derrumbes masivos, incluyendo algunos que enterraron partes de muchas ciudades de Hokkaido.
De hecho, cerca de 30 personas han sido reportadas desaparecidas dentro de las zonas donde se registraron los deslaves, mientras que más de seis mil 400 fueron trasladadas a varios centros de evacuación establecidos en más de 500 lugares de la isla ente el riesgo de derrumbes por posibles réplicas.
La Agencia Meteorológica de Japón advirtió la posibilidad de que más terremotos con una intensidad similar al de esta madrugada podrían continuar en el área durante aproximadamente una semana, según un reporte de la agencia estatal de noticias Kyodo.
El Ministerio de Defensa de Japón anunció que alrededor de cuatro mil 900 miembros de las Fuerzas de Autodefensa fueron despachados rápidamente a lo largo de Hokkaido para las operaciones de rescate de víctima y ayuda a las personas afectadas.
“Nunca había experimentado un terremoto como este”, dijo Yuriko Nakamura, un hombre de 87 años en Atsuma, quien fue enviado a un gimnasio de una escuela primaria de Sapporo, después del terremoto que dejó severos daños en su vivienda.
El fuerte movimiento telúrico provocó también el corte de energía a uno 2.9 millones de hogares, debidos a la suspensión de las operaciones de varias plantas de energía nuclear, además de la cancelación de vuelos y la interrupción de los servicios ferroviarios.
Los derrumbes masivos alteraron el paisaje de algunas cadenas montañosas en el área afectada por el terremoto y dejó temporalmente inactiva la planta de Tomari, aunque no se detectó ninguna anormalidad en los niveles de radiación alrededor de la planta.
Tras el terremoto, un incendio inició en un complejo petroquímico de la ciudad de Muroran, aunque fue extinguido por los bomberos poco después, sin causar muertos o heridos.
El nuevo aeropuerto de Chitose, la principal entrada a Hokkaido, estuvo cerrado durante todo el día debido al derrumbe de parte del techo del edificio de la terminal, una fuga de agua y el corte de energía, lo que llevó a cancelar más de 200 vuelos, que afectaron a unos 40 mil pasajeros.
El terremoto del jueves es el más reciente de una serie de desastres naturales en Japón este año, como el poderoso tifón Jebi de la semana pasada y se suma a los muchos temblores con una intensidad de más de 7.0 grados que han azotado el país en los últimos meses.
En junio pasado, un terremoto de 6.1 grados de magnitud también sacudió la prefectura de Osaka, provocando la muerte de cinco personas e hiriendo a más de 370.
TFA