Se agudiza crisis electoral en Brasil
Río de Janeiro.- El polémico proceso electoral en Brasil para elegir al próximo Presidente alcanzó ayer su máxima crisis, hasta ahora, con sus principales candidatos, uno en el hospital y el otro en la cárcel.
El candidato de extrema derecha y actual líder en las encuestas para las elecciones del 7 de octubre, Jair Bolsonaro, fue apuñalado en un acto de campaña; al tiempo que la Corte Suprema rechazó avalar la candidatura de Luiz Inacio Lula da Silva encarcelado acusado de corrupción.
Bolsonaro fue atacado durante un acto de campaña en el sudeste del país en un “atentado” cometido por un hombre de 40 años que fue detenido por la policía.
“La perforación alcanzó parte del hígado, del pulmón y del intestino. Perdió mucha sangre, vino al hospital con la presión de 10/3, casi muerto… Su condición ahora parece estabilizada”, informó anoche su hijo Flavio Bolsonaro, a través de su cuenta de Twitter, quien antes informó del ataque.
“La persona vino en medio de la multitud para intentar matarlo de una puñalada en el pecho”, explicó si hijo Flavio y quien además es candidato a senador.
Añadió que el chuchillo fue desviado por uno de los presentes antes de alcanzar al ex militarhijo.
Vídeos divulgados en redes sociales muestran el momento del ataque, en el que Bolsonaro, a hombros mientras hace campaña en la ciudad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais, es alcanzado por un cuchillo de gran tamaño antes de retorcerse de dolor y ser llevado de urgencia al hospital para ser operado del hígado.
“Fue abierta una investigación policial para saber las circunstancias del hecho”, explicó en un comunicado la policía federal.
Líder en las encuestas tras la inhabilitación de Luiz Inacio Lula da Silva la semana pasada, Bolsonaro es un diputado y exmilitar de posiciones controvertidas, al defender el libre porte de armas en Brasil como estrategia para acabar con la criminalidad.
Hace unos días, durante una visita al estado de Acre (nortoeste), Bolsonaro generó críticas al agarrar un tripié de televisión durante un acto de campaña, simular que era una metralleta y decir que “fusilaría” a simpatizantes de izquierda para hacerlos irse “a Venezuela”.
El ataque, considerado por su hijo como un “atentado”, generó una oleada de indignación entre los políticos de todos los partidos cuando falta un mes y un día para que, el 7 de octubre, Brasil celebre su primera ronda electoral en un clima de gran división e incertidumbre.
Desde el Presidente Michel Temer hasta sus rivales Lula da Silva, Ciro Gomes o Geraldo Alckmin, rechazaron la agresión.
“Repudio todo y cualquier acto de violencia. Por eso la violencia no debe ser nunca estimulada”, dijo en una alocución el presidente Michel Temer, que dijo que “la tolerancia es una derivación de la propia democracia”.
El exmilitar, considerado un político no tradicional en Brasil y candidato por la pequeña formación Partido Social Liberal (PSL), tiene 22% de los apoyos, según el último sondeo del Instituto Ibope del miércoles, por delante de la ecologista Marina Silva (12 por ciento).
Sin embargo, también tiene una alta tasa de rechazo por sus posturas extremistas sobre temas como minorías o derechos de las mujeres, en segunda ronda perdería con los principales rivales políticos, según la encuesta.
En tanto, el juez de la Corte suprema de Brasil Edson Fachin desestimó ayer el recurso presentado por los abogados de Luiz Inacio Lula da Silva para que la máxima instancia judicial del país revirtiera el veto de la Justicia electoral al expresidente con vistas a los comicios de octubre.
Los abogados de Lula da Silva presentaron este miércoles una serie de recursos ante la Corte Suprema e incluso ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas para tratar de revertir la decisión del pasado viernes de la Justicia electoral de considerar al ex sindicalista “inelegible” a presentarse como candidato presidencial.
El argumento de la defensa es que, con base en una comunicación reciente del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el TSE permita a Lula da Silva ser candidato, al menos hasta que su condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero no sea en firme.
LEG