Hemos sido insistentes en que los meses de septiembre y octubre se caracterizan por ser de alta volatilidad, y al menos uno de ellos normalmente es de movimientos erráticos más significativos.

Estamos en espera de la decisión del gobierno de Donald Trump sobre imponer nuevos aranceles por el equivalente a 200 mil millones de dólares a China ya habiendo desarrollado un proceso de análisis previo. El viernes pasado, al mediodía, Trump comentó sobre otros 267 mil millones de dólares que podrían sumarse si China no cede a las presiones de Estados Unidos.

El Gobierno estadounidense busca que China mejore la protección a la propiedad intelectual americana, a reducir el déficit comercial que sigue mes a mes aumentando -y julio no fue la excepción-, tener un mayor acceso a sus mercados y a su economía, así como reducir el programa de subsidios industriales y de alta tecnología. Nada fácil para que los chinos accedan.

Diversos indicadores de la economía de China se vienen desacelerando. El riesgo de un mayor conflicto comercial viene afectando- y es muy probable que veamos crecimientos menores a 6.7% anual en el segundo semestre del año. La Bolsa accionaria de China registra una caída de 18.3% y el yuan chino se deprecia 5.3% en lo que va del año.

¿Vendrá un aumento en la aversión al riesgo por este país?
Por otro lado, seguimos viendo y analizando el estatus de economías emergentes y diversos países europeos en los que algunos de los indicadores como balanza fiscal, deuda sobre PIB y/o cuenta corriente mantienen riesgos que hoy los mercados pueden presionar.

Entre ellos se encuentran Brasil, Argentina, Colombia, Italia, España, Portugal, Turquía, India, Sudáfrica, Malasia, Pakistán y Egipto. Algunos de ellos tienen un tamaño de economía o valor de capitalización de su mercado más acotado.

Muchas de estas economías aumentaron su deuda, y actualmente las tasas de interés se están viendo presionadas al alza, iniciando en Estados Unidos. Algunas de ellas lo hicieron en moneda extranjera, tanto por parte del sector público como el privado; tal es el caso de Turquía.

Por dar una cifra, en octubre próximo vienen vencimientos importantes de algunas de estas economías, con lo que estarán presionadas. Por eso hemos visto una salida de flujos direccionándose hacia economías desarrolladas. De ahí el fortalecimiento del dólar y en menor medida el yen japonés.

En el caso de México, estamos como quien dice en la raya entre lo aceptable y lo sobrepasado, por lo que consideramos que nuestros mercados estarán presionados, aunque con riesgos un poco más acotados. La balanza fiscal en -2.9% del PIB, la deuda/PIB en 46.2% y la cuenta corriente en -1.6%.

Por esto, es muy probable que el próximo Gobierno de México estará muy limitado en el uso de recursos en 2019. Sabe que salirse de rangos “normales” de autocontrol pudiera llevarlo a fuertes presiones sobre los mercados y las inversiones que, a la postre, lo conduciría a una crisis económica.

Brasil reanudará actividades después de su feriado de Independencia y en medio de su crisis política, social y económica después de la acuchillada al candidato de extrema derecha. Habrá decisiones de política monetaria en la Zona Euro y en Reino Unido; además, se conocerán indicadores relevantes de la economía de Estados Unidos como la inflación al consumidor y productor, ventas minoristas, producción industrial y el indicador de confianza al consumidor por la Universidad de Michigan. Será una semana “agitada”…